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Bañador Cuba, camiseta Carta 08: Amnistía conjuga denuncia y moda

La ONG defensora de derechos humanos vende ropa en Internet para concienciar y recaudar fondos

Naiara Galarraga Gortázar
Un fular de la colección Ropa Comprometida de Amnistía Internacional.
Un fular de la colección Ropa Comprometida de Amnistía Internacional.Samuel Sánchez

La colección Ropa Comprometida 2013 que ha presentado Amnistía Internacional en un desfile celebrado en Madrid es, en sintonía con estos tiempos de crisis, un 2x1: sacan a la calle, estampada en camisetas por 15,95 euros, su lucha por los derechos humanos –con prendas bautizadas como bañador Cuba (que reproduce la bandera del revés por el preso de conciencia cubano Elías Buscet González que acabó en la cárcel por colgar precisamente así la enseña en su país), camiseta carta 08 (la que escribió el ahora Nobel de la Paz Liu Xiaobo y le valió una condena que 11 años que aún purga) o fular arcoíris (por los 78 países en los que homosexuales y lesbianas son perseguidos). Y mientras tanto recaudan los imprescindibles fondos para mantener su independencia. La ONG se ha quitado el corsé, da una especie de salto adelante y explora un camino innovador –la colección nació de una propuesta de un publicista- mientras cruza los dedos para que la iniciativa sea un éxito.

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FOTOGALERÍA La historia real que inspira cada pieza

Desde ya cualquiera con una tarjeta de crédito y conexión a Internet puede comprar las camisetas Girls (en homenaje a niñas que como la paquistaní Malala van a la escuela aunque se arriesguen a que les peguen dos tiros) o la Farsi. Y, lo importante, descubrir que las palabras estampadas en la lengua que le da nombre -“Sufro por la opresión y la falta de libertad y justicia. La respuesta a tener una opinión no es la cárcel”- son un post de los que llevaron a la cárcel al bloguero iraní Hossein Ronaghi Malek. Fue excarcelado el verano pasado.

La camiseta Carta 08, que llevó a Lui Xiaobo a prisión.
La camiseta Carta 08, que llevó a Lui Xiaobo a prisión.Samuel Sánchez

Como ha repetido el animador del desfile (versión modesta de los profesionales pero con el imprescindible front row), “les advertimos de que usar esta ropa en ciertos países puede acabar con su integridad o su libertad”. Usarla en España puede ser moda, denuncia y activismo. 3x1.

Tras cada prenda existe un caso real en el que Amnistía Internacional ha batallado. Jean- Claude Roger Mbede es el hombre tras el fular de seda teñida en los colores del arcoíris, bandera de los derechos LGBT (por 23,95 euros, la prenda más cara). El camerunés Mbede fue condenado en 2011 a tres años entre rejas por declarase a otro hombre vía sms. Camerún es uno de los 78 países donde son ilegales las relaciones amorosas entre hombres y entre mujeres (aunque el matrimonio gay prosiga su avance y ya sea legal en 13 países, incluida Nueva Zelanda desde el miércoles).

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El creativo Miguel Olivares, fundador de la agencia La Despensa, es el padre de la idea, que surgió al constatar en sus viajes al extranjero que una prenda inofensiva en España puede ser peligrosa, incluso peligrosísima en otros lugares. Olivares, que dirige una empresa en la que trabajan 49 personas, llevó su idea a Amnistía Internacional, ya bautizada como colección Ropa Comprometida 2013, un viernes del pasado octubre. “Nos pareció muy atractiva, refleja el mensaje de la organización y nos permite trasladar nuestro mensaje de manera fresca y creativa”, ha explicado tras el desfile la directora adjunta de AI, Ana Rebollar.

Entonces empezó el meticuloso trabajo, en la ONG (que tiene 67.000 socios en España), de elegir los casos simbolizados en cada una de las diez prendas que lucieron los bailarines que ejercieron de modelos. La colección es obra, de principio a fin, de voluntarios. Nadie ha cobrado un duro.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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