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PROCESO DE SECESIÓN EN ESCOCIA

Londres cuestiona que Escocia pueda seguir en la libra si se independiza

“Sería meterse en territorios desconocidos”, advierte el canciller del Exchequer

El canciller británico del Exchequer, George Osborne y su número dos, Danny Alexander, hoy en Glasgow.
El canciller británico del Exchequer, George Osborne y su número dos, Danny Alexander, hoy en Glasgow.RUSSELL CHEYNE (REUTERS)

El Tesoro británico ha encontrado una fórmula lo bastante disuasoria y al mismo tiempo lo bastante abierta ­–nunca se sabe lo que puede pasar…– a la hora de analizar las consecuencias que la independencia de Escocia podría acarrear para la política monetaria. Su conclusión es que “la racionalidad económica” de la opción defendida por los independentistas escoceses (mantenerse, al menos de entrada, en la libra esterlina) “no está clara”, al menos desde el punto de vista de lo que seguiría siendo Reino Unido. El canciller del Exchequer, George Osborne, ha querido presentar personalmente en Glasgow el informe del Tesoro, multiplicando así el impacto político de un ejercicio en principio meramente técnico.

Osborne, que se ha hecho acompañar en Glasgow de su número dos en el Tesoro y casualmente escocés, el liberal-demócrata Danny Alexander, ha advertido a los escoceses que “todas las alternativas a los acuerdos monetarios son menos convenientes económicamente a lo que tenemos ahora tanto para Escocia como para el resto de Reino Unido”. “Seamos claros: abandonar los actuales acuerdos sería como meterse de manera profunda en territorios desconocidos”, advirtió. Y ha puesto el acento de forma específica en el hecho de que la Escocia independiente se vería obligada a ceder soberanía en materia monetaria y debería someter sus presupuestos a Westminster antes de que pudiera aprobarlos el parlamento escocés de Holyrood.

El informe del Tesoro forma parte de los estudios que le ha encargado el Gobierno sobre las consecuencias económicas que tendría la independencia de Escocia. En un primer análisis, el Tesoro llegó a la conclusión de que una Escocia se enfrentaría a cuatro opciones a la hora de decidir (o pactar) cuál sería su moneda: formar una unión monetaria con Reino Unido en torno a la libra esterlina; adoptar la libra de forma unilateral (es decir: mantener su moneda pegada a la libra como Dinamarca hizo primero con el marco alemán y luego con el euro); unirse a la zona euro; introducir una moneda escocesa independiente.

El Tesoro británico ha llegado ahora a la conclusión de que todas esas opciones son malas o plantean muchos interrogantes. “Una unión formal en torno a la esterlina sería un profundo cambio para Escocia y para el resto de Reino Unido. Pero en la eventualidad de la independencia escocesa, no está clara la racionalidad económica para el Reino Unido de entrar en una unión monetaria formal con otro estado”, advierte el Tesoro.

Y añade: “Un Estado escocés independiente tendría que ceder soberanía sobre las palancas que tiene para guiar su economía. La reciente experiencia de la zona euro ha mostrado que es muy difícil conseguir el éxito de una unión monetaria formal sin una gran integración fiscal y acuerdos comunes para resolver los problemas del sector bancario”. Los técnicos del Tesoro admiten que Escocia, “como han hecho otros países pequeños”, podría optar por seguir utilizando la libra como su moneda sin un acuerdo formal con Reino Unido, “pero a largo plazo es muy probable que eso fuera demasiado restrictivo para un país del tamaño y la complejidad financiera de una Escocia independiente”.

Descarta también la opción del euro con el argumento de que la economía escocesa está más integrada en la británica que en la de la zona euro. Y advierte que crear una nueva moneda “tendría costes de transición”, aunque “sería la única opción con la que una Escocia independiente no tendría que hacer cesiones de soberanía”.

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Aunque se sostiene con argumentos técnicos, el documento del Tesoro es fundamentalmente un ejercicio político destinado a mostrar a los votantes escoceses las ventajas económicas de mantenerse en el Reino Unido y los riesgos de la independencia. Sin embargo, tanto los independentistas como muchos analistas sostienen que si los escoceses votaran por la independencia –una posibilidad que los sondeos tienden a considerar bastante remota– los acuerdos posteriores entre Londres y Edimburgo sobre cuestiones como esta serían relativamente rápidos y pragmáticos.

“El objetico del documento del Tesoro es hacer que las cosas parezcan difíciles y obstruir todo lo posible y no creo que sea una contribución muy útil al debate”, se quejó el ministro escocés de Finanzas, John Swinney, en declaraciones a la BBC. “El canciller del Exchequer está jugando con fuego cuando defiende en ese documento que Reino Unido sería el Estado sucesor y que mantendría la libra y que de alguna manera nosotros no tendríamos acceso. En ese caso, Reino Unido, como Estado sucesor, estaría obligado a quedarse con toda la deuda y quedaríamos liberados de asumir la parte proporcional por nuestra población de los 125.000 millones de libras de deuda [147.000 millones de euros]”, añadió Swinney.

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