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El Ejército de Túnez lucha contra medio centenar de terroristas en el oeste del país

Una decena de militares heridos a causa de explosiones de minas anti personales Las Fuerzas Armadas sustituyen a la Guardia Nacional en el cerco al grupo armado en Kasserine

Manifestantes tunecinos queman neumáticos este martes en Kasserine.
Manifestantes tunecinos queman neumáticos este martes en Kasserine. A. KHLIFI (AFP)

Las descripciones de los gacetilleros regionales recuerdan los bombardeos de las montañas de Cabilia, donde se refugiaba la rama local de Al Qaeda, por el Ejército argelino hace ya unos años. Pero ahora la zona machacada es la montaña de Chaambi, en la provincia de Kasserine, en el oeste de Túnez.

Los islamistas más radicales han dado un salto cualitativo en Túnez. Han pasado de los atentados con arma blanca y, a veces, con pistolas de pequeño calibre a crear un grupo guerrillero que controla una zona agreste y hace frente a las fuerzas de seguridad.

Es el primer caso de un Gobierno en manos de islamistas moderados, el partido En Nahda, que debe enfrentarse a sus correligionarios más extremistas.

El Ejército de Túnez bombardea un área donde se han atrincherado medio centenar de terroristas —tunecinos, argelinos y algunos huidos del norte de Malí— que han minado los accesos a su guarida. A causa de las minas antipersonales diez militares y gendarmes han resultado heridos desde el lunes.

La situación es lo suficientemente grave como para el primer ministro, Ali Laarayed, convocase el martes un consejo de ministros restringido al que se incorporaron el jefe de Estado Mayor, el de la Guardia Nacional y responsables de otros cuerpos de seguridad.

La Guardia Nacional, equivalente a la Guardia Civil, ha dado un paso atrás y ahora es el Ejército, algo mejor equipado, el que golpea a los terroristas. Estos están “bien organizados y armados”, según declaró a la emisora de radio Mosaique FM Bassem Haj Yahia, un guardia que perdió una pierna a causa de la explosión de una mina.

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El empeño de En Nahda de acabar con los focos más radicales suscita algunas dudas. “Uno se pregunta qué política el Gobierno ha elegido para enfrentarse con yihadistas que parecen inclinarse por operaciones armadas cada vez más amenazadoras”, afirma el politólogo Alaya Allani. El portavoz del Partido de los Trabajadores, Jilani Hammami, fue más allá y acusó al Gobierno de “ser incapaz de gestionar los asuntos del país o de ser cómplice de los terroristas”. “En mi opinión es más bien cómplice”, concluyó hoy ante las cámaras de Nessma TV.

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