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La revista Semana defiende el “papel fiscalizador” de su reportero atacado

Alejandro Santos, director del medio, afirma que la investigación periodística en Colombia tiene un valor crucial. Ricardo Calderón, periodista de su revista, ha salido indemne de un tiroteo

Portada de 'Semana' con la investigación de Ricardo Calderón sobre los lujos concedidos a militares sentenciados por crímenes de lesa humanidad.
Portada de 'Semana' con la investigación de Ricardo Calderón sobre los lujos concedidos a militares sentenciados por crímenes de lesa humanidad.SEMANA

La libertad de prensa en Colombia recibió un duro golpe cuando se conoció que Ricardo Calderón, periodista de la revista Semana fue víctima de un atentado el miércoles en la noche, cuando su coche fue impactado con cinco balas mientras regresaba a Bogotá luego de hacer reportería sobre denuncias que involucran al Ejército colombiano. Por fortuna, Calderón sobrevivió al ataque.

Las autoridades avanzan rápidamente en la investigación. Así lo dio a conocer Alejandro Santos, director de la revista, en la que Calderón trabaja hace 20 años y hoy es el editor de orden público. “Hay buenos indicios, ya estuvieron mirando el tema balístico y el recorrido”, dijo Santos a EL PAÍS.

Además, se ha hecho una rigurosa supervisión del perímetro de las instalaciones de la revista y Calderón ya ha aceptado el esquema de seguridad que le ofreció la Unidad Nacional de Protección del Gobierno, algo que en anteriores ocasiones había rechazado por considerar que podría interferir en su trabajo periodístico.

La revista ha recibido numerosas amenazas y todo tipo de intimidaciones y seguimientos ilícitos por haber destapado casos de corrupción en el pasado, pero esta es la primera vez que lo hacen público por la gravedad y porque la noticia se difundió rápidamente por las redes sociales.

La revista ha recibido numerosas amenazas

“Es una noticia agridulce”, dijo el director de Semana, al referirse a la celebración del Día Internacional de la Libertad de Prensa, ya que por un lado evidencia que más allá de informar y entretener los medios deben cumplir un papel fiscalizador, como lo demuestra el trabajo de Ricardo Calderón, pero por otro, reconoce que la labor investigativa es compleja y riesgosa.

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“Los periodistas deben asumir un papel fiscalizador, de investigación, de ir a todos los rincones oscuros de la democracia, de mirar ese país que muchas veces no se ve en los titulares y donde se cocinan los grandes escándalos, los acuerdos mafiosos, los abusos de poder. Eso solo lo puede hacer la justicia o el papel fiscalizador de los medios”, agregó el director de la revista.

Para Santos, la justicia en Colombia cada vez funciona menos y por eso la capacidad investigativa de los medios se vuelve cada vez más crucial. La otra cara, la agria, está en que ejercer ese papel es peligroso porque toca intereses muy poderosos. “Es un periodismo costoso porque toma tiempo, es complejo, pero tiene un valor enorme”, agregó el director de la revista y aseguró que seguirán haciendo un periodismo de denuncia de manera responsable y protegiendo la vida de sus periodistas.

Para la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, que ha destacado la rápida reacción de las autoridades tras el atentado a Calderón, lo importante no son los escoltas que pueda llegar a tener el periodista. “Lo realmente importante es que haya una investigación efectiva y que se pueda identificar a quiénes están tratando de matar a Ricardo y ponerlos a buen recaudo de la Fiscalía”, dijo a EL PAÍS, Ignacio Gómez, periodista y presidente de la FLIP, quien recordó el caso de la periodista Jineth Bedoya, que lleva 13 años escoltada luego de ser secuestrada y agredida sexualmente por paramilitares.

El director de 'Semana' reivindica la investigación pese a los riesgos

Este caso, al igual que el del asesinato del director del diario El Espectador, Guillermo Cano, ocurrido el 17 de diciembre de 1986 a manos de narcotraficantes, fueron declarados por la Fiscalía colombiana como crímenes de lesa humanidad para evitar que prescriban.

También preocupa a la FLIP, entidad que hace un monitoreo de los ataques a la prensa en Colombia, que luego del atentado a Calderón, el Ejército y las Fuerzas Militares se conviertan de nuevo en agresores de los periodistas. “Como este atentado se da alrededor de la principal escuela militar en Colombia –que es Tolemaida– y en relación con las denuncias de corrupción militar en esa prisión y porque él iba a investigar una información relacionada con el tema, nos permite relacionar el caso y eso es muy grave”, señaló Gómez.

La FLIP también ha recordado en el Día Mundial de la Libertad de Prensa que así como la reacción ante el atentado de Ricardo Calderón fue inmediata, ocurra lo mismo con el caso del periodista Yesid Toro, que el 13 de abril tuvo que salir de Cali (al sur) tras ser amenazado luego de publicar el libro ‘Complot para matar al Diablo’, que narra la historia de un sicario caleño asesinado.

En su último informe sobre el estado de la libertad de prensa en Colombia, titulado De las balas a los expedientes, la FLIP registró 158 agresiones a periodistas durante 2012 y resaltó que la impunidad es el factor que más preocupa, así como la autocensura provocada por el miedo. Según datos del Comité para la Protección de los Periodistas, CPJ, que realiza el índice global de impunidad, Colombia ocupa el quinto lugar de la lista de países donde los periodistas son asesinados y no hay eficacia para resolver los crímenes.

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