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Cientos de sirios suníes huyen de las ciudades de la costa masacradas

La ofensiva del régimen y la arremetida de sus matones empuja a las familias hacia la costa

Fotograma de un vídeo grabado en Bayda por activistas sirios.
Fotograma de un vídeo grabado en Bayda por activistas sirios.AP

Cientos de familias han emprendido el camino de huida de los barrios suníes de la localidad siria de Baniyas, en la franja occidental del país y muy cerca de la línea de costa hacia el Mediterráneo, ante el temor de una nueva masacre. Según ha informado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), grupo activista con sede en Londres, el régimen ha sometido en las últimas jornadas a la población suní -mayoritaria en Siria- a un duro bombardeo tanto en Baniyas como en la cercana Bayda, con un balance provisional que superaría los 150 muertos, muchos de ellos ejecutados por los shabiha (matones a sueldo de El Asad). Esta información no ha podido ser contrastada por fuentes independientes.

"Han comenzado a huir de los barrios suníes [de Baniyas] esta mañana al alba", ha informado el responsable del OSDH, Rami Abdel Rahmane, "y se dirigen hacia Tartus y Jable". Según el Observatorio, que cuenta con activistas en el terreno que recopilan la información, el régimen, perteneciente a la minoría alauí (secta del chiísmo), se ha cebado con el distrito de Ras al Nabaa, donde se han documentado al menos ocho ejecuciones, entre ellas las de una mujer y tres menores. Los vídeos difundidos por los activistas en el terreno muestran los cuerpos de menores y adultos apilados y destrozados por los bombardeos.

La Coalición Nacional Siria hizo un balance ayer de alrededor de 150 las víctimas de la matanza de Bayda, al sureste de Baniyas. También se han producido detenciones masivas de los supervivientes de Bayda, “familias enteras”. Los tanques siguen apostados cerca, en Maqreb y Baniyas, en cuyas periferias se está atacando a los suníes. En el centro, en cambio, se halla una de las comunidades alauíes más importantes del país, una élite empresarial afín al Gobierno que se concentra en esta ciudad y en las cercanas Tartus y Latakia.

Es la primera vez en dos años de revolución que el Ejército ataca este flanco, donde se sofocaron algunas de las primeras manifestaciones contra el Ejecutivo en la primavera de 2011. La prioridad del régimen ahora es la de proteger a la minoría alauí, a la que pertenece el presidente Bachar el Asad. A 190 kilómetros de Damasco, la zona podría convertirse en su refugio si huye de la capital, informa AFP.

La agencia oficial siria de noticias, SANA, ha informado de que los soldados habían atacado tras detectar a “terroristas” que “amenazaban” la seguridad nacional. El OSDH constata que, antes de la incursión, hombres armados, posiblemente pertenecientes al rebelde Ejército Libre de Siria (ELS), atacaron un autobús de militares, matando a siete de ellos e hiriendo a 20. La Coalición, pese a ello, sostiene que se trata de una “excusa” para “castigar” a los primeros que alzaron la voz contra El Asad. En cualquier caso, tras esta matanza, superados los 70.000 muertos en dos años de conflicto, ha reclamado nuevamente a la comunidad internacional que “intervenga con urgencia”.

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