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Obama advierte que no actuará en Siria a costa de extender el caos en la región

“Hicimos eso en el pasado y no funcionó”, dijo, en clara alusión a la invasión de Irak

Antonio Caño
El presidente Obama, durante su comparecencia en la Casa Blanca.
El presidente Obama, durante su comparecencia en la Casa Blanca.BRENDAN SMIALOWSKI (AFP)

Tratando de hacer frente a la presión creciente para una intervención militar de Estados Unidos en Siria, Barack Obama advirtió ayer que, aunque siente “una obligación moral y de seguridad nacional” para acabar con las matanzas en ese país, no actuará al precio de “provocar un caos” en toda la región. En una rueda de prensa en la Casa Blanca junto a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun-Hye, el presidente norteamericano aseguró que no está parado, que no está observando inmóvil el desarrollo de los acontecimientos en Siria, pero insistió en que no va a actuar precipitadamente y sin confirmar todos los datos sobre el uso de armas químicas por parte del régimen sirio. “Hicimos eso en el pasado y no funcionó”, dijo, en clara alusión a la invasión de Irak durante la presidencia de George W. Bush.

Ante las críticas de que está poniendo en riesgo su credibilidad y la de EE UU —un periodista preguntó cómo podía Corea del Norte creer las advertencias de Washington cuando Siria se había permitido cruzar la línea roja establecida por Obama sin que se haya producido ninguna respuesta—, el presidente recordó que existen precedentes que demuestran que cumple con su palabra —mencionó la muerte de Osama bin Laden y la caída de Muamar el Gadafi— y aseguró que también cumplirá con su promesa de que Bachar el Asad perderá el poder.

No dio detalles, sin embargo, de la forma en que lo hará. Admitió que, aunque el público está esperando “respuestas sencillas”, la de Siria no es una situación que las permita, y recalcó que no se puede intervenir de una forma en que, para prevenir la carnicería actual, “se extienda el caos entre los vecinos”. Más de 70.000 personas se calcula que han muerto en la guerra civil que se libra desde hace más de dos años en ese país, cuya posición estratégica —tiene frontera con Israel— y su influencia histórica y política en Oriente Próximo lo han convertido desde hace décadas en una pieza fundamental en la estabilidad regional.

Obama insistió, no obstante, en que trabaja a diario para que se produzca “una transición política” en Siria y que hará “lo que haya que hacer” para conseguirlo. Uno de los campos en los que la Administración norteamericana está empeñada con más dedicación es el de la diplomacia.

Más de 70.000 personas se calcula que han muerto en la guerra civil que se libra desde hace más de dos años en ese país

El secretario de Estado, John Kerry, se reunió ayer en Moscú con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, con el objetivo de lograr la cooperación de ese país, el principal aliado internacional que le queda a Siria. Tras entrevistarse con su homólogo ruso, Serguéi Lávrov, el jefe de la diplomacia estadounidense anunció que Rusia y EE UU van a sumar sus esfuerzos para intentar convocar lo antes posible una conferencia internacional sobre Siria. El objetivo es animar “al Gobierno sirio y a la oposición a buscar una solución política”, dijo Kerry, citado por France Presse.

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El apoyo de Rusia no solo es imprescindible para que una eventual intervención militar en Siria tuviera el refrendo del Consejo de Seguridad de la ONU —como tuvo el ataque en Libia—, sino que es necesaria también para que una acción de ese tipo no degenere en una crisis internacional mayúscula. EE UU está dispuesto a preservar los intereses de Rusia en Siria, donde mantiene la única base militar que le queda a ese país en el exterior, y a negociar con Putin los términos de una Siria sin El Asad, pero no acepta la condición de Moscú de que el actual presidente sirio forme parte de la negociación para poner fin a la guerra civil.

A falta de ese apoyo, Washington considera otras acciones militares que permitieran el derrocamiento de El Asad sin implicación directa de fuerzas extranjeras. Obama no aclaró si en el futuro se les facilitará también armamento suficiente como para cambiar el balance actual de la guerra.

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