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La industria brasileña se desploma

El aumento de la inflación y el bajo PIB lanza los rumores de una posible vuelta de Lula para las presidenciales el año próximo

Juan Arias

La industria brasileña ha perdido en 2012 un 2,6%, lo que la sitúa en el último lugar de los 25 países emergentes. El segundo peor colocado ha sido Egipto con una baja del 1,9%.

También el PIB (Producto Interno Bruto) de la industria, que además de productos manufacturados incluye sectores como construcción civil y energía eléctrica, ha retrocedido dentro del mundo emergente con una caída del 0,8%. Las exportaciones de metales han caído en abril pasado un 18%.

Los datos los ha ofrecido la consultora británica EIU (Economist Inteligence Unit) y son primera noticia del diario Folha de São Paulo, tanto en la edición escrita como en la web.

Según los especialistas consultados, más que la crisis externa, los problemas domésticos han podido ser los que ha ejercido mayor influencia en esta caída de la producción industrial brasileña.

“Esos datos causan mucha preocupación. La crisis externa existe y ha afectado a todos, pero han sido peores que todos los otros países emergentes”, afirma Flávio Castello Branco, gerente de política económica del CNI (Confederación Nacional de Industria)

El desplome de la industria brasileña que se lleva advirtiendo desde un tiempo a esta parte se debe también a la falta de infraestructuras como puertos, carreteras y ferrocarriles que dificulta las exportaciones.

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La presidenta Dilma Rousseff lo ha confesado en un discurso a la televisión en el que ha pedido a la población que presione al Congreso para que apruebe la nueva ley que permite la privatización de los puertos, por ejemplo. “Es un problema urgente. Necesitamos de puertos funcionales para poder despachar nuestros productos”, dijo Rousseff, que añadió que era una “irresponsabilidad” detener la privatización de los puertos como está haciendo el Parlamento.

Días atrás la televisión mostró imágenes de 24 kilómetros de camiones cargados de soja embotellados en la carretera camino del puerto de Santos.

Hoy, trasladar del productor a dicho puerto una tonelada de soja cuesta 60 dólares más que en los Estados Unidos por un trayecto semejante.

El Gobierno de Brasil lanzó ya hace tiempo un megaproyecto de infraestructuras centrado sobre todo en carreteras, ferrocarriles y aeropuertos, pero todo ello se ha ido quedando en el papel por la acumulación de burocracia que impide que se pongan en marcha.

A ello hay que añadir un cierto espíritu de control por parte del Gobierno que no acepta hablar de privatizaciones de las obras sino de “concesiones” con lo que desea mantener un férreo control de las mismas imponiendo condiciones que a veces asustan a las empresas tanto nacionales como extranjeras.

Los empresarios albergan sin embargo una cierta esperanza de que la caída de la industria en este 2013 sea menor que la del año pasado, pero se trata aún, según afirma Castello Branco, de una recuperación “flaca”.

Eso, junto con un PIB que en 2012 fue también el menor de Latinoamérica y de los Brics y el aumento de la inflación es lo que ha lanzado los rumores de una posible vuelta de Lula que podría representarse a las presidenciales el año próximo.

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