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Putin podría sustituir a Medvédev si la crisis económica se agrava

El exministro de Finanzas Leonid Kudrin critica al Gobierno y se perfila como posible alternativa

Pilar Bonet
El presidente ruso, Vladímir Putin, pronuncia un discurso sobre economía en Sochi, en el mar Negro.
El presidente ruso, Vladímir Putin, pronuncia un discurso sobre economía en Sochi, en el mar Negro.MISHA JAPARIDZE (AFP)

Desde hace menos de un mes, el ex ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, encuentra selectos y privilegiados foros para criticar la gestión económica del Gobierno. Esta circunstancia refuerza la impresión de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, quiere tener a punto una alternativa de su confianza por si se agrava la crisis económica y resulta necesario convertir al actual jefe del Gobierno Dmitri Medvédev, en chivo expiatorio de una mala gestión o del incumplimiento de sus propias promesas electorales.

Por sorpresa Kudrin intervino el lunes en la Duma Estatal de Rusia, en un foro de discusión auspiciado por el jefe de la cámara baja del parlamento, Serguéi Narishkin. Ante un público formado mayoritariamente por miembros de Rusia Unida (el partido gubernamental que Medvédev preside), Kudrin calificó de “insatisfactorio” el balance del primer año del gabinete de Medvédev. Con once años al frente del ministerio de Finanzas, Kudrin batió el récord de permanencia en el puesto de la época postsoviética. En septiembre de 2011, cuando el interinato de Putin como jefe del Gobierno de Rusia (mayo 2008 a mayo de 2012) entraba en su recta final, Kudrin expresó sus divergencias con Medvédev (por entonces presidente de Rusia), y fue conminado a dimitir por éste.

 Putin ha mantenido la buena relación con Kudrin a quien considera como su “amigo”. Durante su último gran maratón televisivo de casi cinco horas, el presidente elogió a Kudrin con vehemencia y reveló que el funcionario había rechazado la oferta de volver al Gobierno. Presente en los estudios, Kudrin confirmó que se había negado a regresar al Ejecutivo por estar en desacuerdo con las “medidas a medias” y por la falta de un programa para superar la dependencia de los hidrocarburos.

 En diciembre de 2011, Kudrin intervino en uno de los mítines de protesta por las irregularidades electorales y se expresó a favor de unos nuevos comicios anticipados. Posteriormente fundó una organización política denominada “Comité de Iniciativas Ciudadanas”. Algunos ven esta figura, con fama de liberal, como una variante de recambio en caso de remodelación del gabinete, aunque Kudrin es responsable en gran medida de la política económica del régimen y no puede considerarse como una verdadera alternativa. Por otra parte, Putin realizó promesas preelectorales de carácter social y a los militares, que resultan difíciles de cumplir dado el descenso de los ingresos por la exportación de hidrocarburos, a consecuencia de la crisis por la que atraviesan los países europeos que son los principales clientes de Rusia.

En la Duma, Kudrin advirtió el lunes que las subidas de sueldo a funcionarios como maestros y médicos “reventarán” los presupuestos regionales. El incremento de los sueldos supera con mucho la subida de la productividad y el ministro ya comentó esta circunstancia el 25 de abril en el programa televisivo protagonizado por Putin. “Rusia Unida” debe compartir la responsabilidad por el “estancamiento” de la economía, dijo Kudrin, y explicó que, para incrementar los salarios a los funcionarios, las regiones se ven obligadas a recortar las inversiones y se produce así una disminución del crecimiento económico.

Los pronósticos oficiales sobre el crecimiento del PIB en Rusia en 2013 se han reducido de 3,6% a 2,24% (Putin quería entre un 5% y un 6% de incremento). El ministro de Desarrollo Económico, Andréi Belousov, ha advertido que Rusia podría entrar en recesión el próximo otoño.

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Ante la Duma, el exministro criticó la ley que obliga a las ONG con influencia política a registrarse como agentes extranjeros. La semana pasada, en Vorónezh, Kudrin dijo que, mientras estaba en el gobierno, rechazó proyectos de ley que, como la que afecta a las ONG, reflejaban los puntos de vista de una parte los siloviki (representantes de los cuerpos de Seguridad, Defensa e Interior). Estos sectores lo tienen ahora más fácil, recalcó el exministro, según el periódico Kommersant.

Los comentarios de Kudrin y la demostración de aprecio hacia él por parte de Putin suponen una cierta humillación para Medvédev, el fiel colaborador del presidente al que algunos llegaron a ver como una posible alternativa liberal. Ahora, desde la jefatura del Gobierno, Medvédev contempla, aparentemente impasible, cómo le son atribuidos los fallos y problemas de una política cuyo principal artífice es Putin. El jefe de Gobierno guarda silencio ante los ataques a los que es sometido tras día uno de sus proyectos bandera, Skólkovo, el parque tecnológico e incubadora de start ups, que quiso ser la respuesta rusa al Silicon Valley norteamericano. Skólkovo, el símbolo de la “modernización” de Medvédev, se ha convertido en objeto de escrutinio por parte del Comité de Investigación y el Tribunal de Cuentas. Registros, interrogatorios e investigaciones penales en marcha contra dos de sus directivos son hasta ahora el resultado de una campaña que ha asustado a inversores extranjeros como un alto cargo de Intel, que puso pies en polvorosa el pasado abril cuando su cita para firmar un contrato multimillonario coincidió con el registro de Skólkovo.

La situación por la que atraviesa Skólkovo puede haber contribuido a la reciente dimisión de Vladislav Surkóv, el vicejefe del Gobierno que antes fue el Maquiavelo del Kremlin en su calidad de vicejefe de la Administración responsable de la política interior. Surkov, uno de los cerebros de Skólkovo, fue atacado en la prensa por el portavoz del Comité de Investigación que se dedica en la actualidad a tratar de probar la existencia de robos en la institución. Su cese es considerado como un indicio del reforzamiento de sectores vinculados con servicios de seguridad, que recurren a rancias ideas sobre el patriotismo y tradiciones intimidatorias de la época soviética.

Después de enfrentarse con el portavoz del Comité de Investigación, Surkov cesó en su cargo y ha sido el único capaz de defender claramente el proyecto Skólkovo, algo que no han hecho ni Dmitri Medvédev ni Víctor Vekselberg, el oligarca encargado de dirigirlo.

En el pasado, Putin eligió a Medvédev para que ocupara la presidencia del Estado como coprotagonista de un fingido tándem en igualdad de condiciones con él. Ahora, lo elige de nuevo para echarle la culpa de los problemas. De momento, Putin necesita a Medvédev en esa función, razón por la cual una parte de los analistas no cree que vaya a cesarlo ya. Inasequible al desaliento, Medvédev hizo un balance optimista de su gestión y calificó de “regularcilla” la situación económica de Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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