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Egipto no ofreció contrapartidas para la liberación de sus agentes secuestrados

El miércoles fueron liberados los siete miembros de las fuerzas de seguridad raptados en el Sinaí

El miércoles por la mañana fueron liberados los siete miembros de las fuerzas de seguridad egipcias que permanecían secuestrados desde el pasado jueves a manos de un grupo yihadistaen la península del Sinaí. Según fuentes gubernamentales, los rehenes fueron puestos en libertad a unos 70 kilómetros de la ciudad de Al Arish, situada cerca de la franja de Gaza. A medida que pasan las horas, van apareciendo detalles de las conversas entre el gobierno y los yihadistas, y todo indica que el ejecutivo que preside el islamista Mohamed Morsi no accedió a las demandas de los secuestradores.

Sobre las 10 de la mañana, los siete hombres llegaron en avión al aeropuerto de la base militar de al-Maza, en las afueras de El Cairo. Allí les esperaba una recepción en alfombra roja por parte del raïs Morsi, el ministro de Defensa, Abdelfattah Sissi, y el primer ministro, Hisham Qandil. La televisión pública egipcia difundió unas imágenes en las que se ve a Morsi saludando y dando dos besos en las mejillas a los siete miembros de las fuerzas de seguridad. Todos ellos, vestido en uniforme, presentaban un buen aspecto, si bien parecían aturdidos.

“Quiero agradecer a las Fuerzas Armadas, a los servicios de inteligencia y a todas las fuerzas del orden su profesionalidad en la operación de rescate de los secuestrados”, el presidente en una rueda de prensa celebrada en la misma base militar. Morsi tuvo buenas palabras también para los habitantes del Sinaí, una zona marginada desde hace décadas por el Estado egipcio: “Este evento será el punto de partida para todos nosotros para solucionar los problemas del Sinaí y su gente, y desarrollar [la región]”.

El “raïs” islamista aprovechó la ocasión para reiterar una vez más que no son ciertas las filtraciones que han apuntado a fuertes discrepancias entre la presidencia y la cúpula de las Fuerzas Armadas en la gestión de la crisis. Según la mayoría de analistas, Morsi y su movimiento político, los Hermanos Musulmanes, han llegado a un entente con el ejército, la institución más poderosa del país árabe. Sin embargo, las relaciones entre ambos no están exentas de tensiones puntuales.

De momento, no existe una versión oficial de cómo se han desarrollado las conversaciones con los secuestradores, que pertenecerían al grupo yihadista “Tawhid Wal Jihad”. El portavoz de la presidencia, así como el propio Morsi, negaron durante la crisis que hubiera negociaciones con los “criminales”, pero sí admitieron que algunos jefes de tribus beduinas del Sinaí estaban intentando convencer a los secuestradores para que renunciaran a sus demandas. En un vídeo hecho público el domingo, los militantes pedían la liberación de los “presos políticos del Sinaí”, en referencia a sus compañeros condenados por una serie de atentados ocurridos en 2011, y que se saldaron con la muerte de varias personas.

Según fuentes militares citadas por el diario oficialista Al Ahram, los secuestradores habrían finalmente desistido en sus demandas ante la inflexibilidad de las autoridades, y el temor a una confrontación violenta con las Fuerzas Armadas. Durante los últimos días, habían llegado nuevas tropas y tanques a la península con los que el ejército estaba peinando la zona. Además, se había publicado en los medios que el los líderes ejército se inclinaba por resolver la crisis por la fuerza, una filtraciones que podrían haber sido una estrategia de guerra psicológica

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“Las Fuerzas Armadas ejecutaron una operación para crear confusión al enviar algunas informaciones falsas a las agencias. Mobilizamos algunas tropas en una zona a 70 km de dónde la operación esta teniendo lugar”, declaró la fuente militar anónima a Al Ahram. Además, confirmó el importante rol desempeñado por los líderes tribales del Sinaí. “Los jeques se coordinaron con la inteligencia militar. Rechazaron ofrecer cobertura a los secuestradores, y les informaron que no les apoyarían ... Ellos persuadieron les persuadieron para que los liberaran”, añadió.

“La ley está por encima de todos, y quienes tienen armas deben entregarlas al Estado”, afirmó Morsi en la rueda de prensa, lo que sugiere que el ejército podría proseguir sus operaciones en el Sinaí para desarmar los grupos yihadistas que han convertido el Sinaí en su santuario tras la revolución egipcia. El pasado verano, después de una operación terrorista que provocó la muerte de 16 soldados egipcios en el Sinaí, las Fuerzas Armadas ya llevaron a cabo una amplia operación militar en la desértica y rugosa península.

Poco después de conocerse la noticia de la liberación, se reabrió el puesto fronterizo de Rafá, el único que conecta la franja de Gaza con Egipto. Como medida de presión, varios compañeros de los agentes secuestrados se declararon en huelga el viernes, y bloqueraon el paso de Rafá. “Esto es todo lo que queríamos. Hemos terminado nuestra huelga y reabierto la frontera”, declaró unos de los agentes al diario Al Ahram. El grupo de agentes secuestrado estaba formado por cuatros guardas de fronteras, dos policías y un militar.

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