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Los narcos cariocas se revuelven contra la pacificación

El Complexo do Alemão ha amanecido con buena parte de su comercio y varios centros escolares cerrados por orden de narcotraficantes locales

Policías en la favela Manguinhos de Río de Janeiro.
Policías en la favela Manguinhos de Río de Janeiro.MARCELO SAYÃO (EFE)

El complejo proceso de pacificación de las favelas de Río de Janeiro comienza a mostrar sus puntos frágiles. Hasta ahora, las 32 Unidades de Policía Pacificadoras (UPP) desplegadas en varias favelas de la ciudad habían conseguido mantener a raya al narcotráfico local, desarticulado en su mayoría y reagrupado en áreas más periféricas. El Complexo do Alemão, que teóricamente está bajo el control de la unidades pacificadoras, ha amanecido hoy con buena parte de su comercio y varios centros escolares cerrados a cal y canto por orden de narcotraficantes locales. El hecho evoca a los tiempos en que los delincuentes cariocas conseguían poner de rodillas a barrios enteros de la ciudad cada vez que querían mandarle algún mensaje a las autoridades. Según cálculos realizados por el diario O Globo, 3.500 estudiantes se han visto afectados por el toque de queda. Muchos de ellos han abandonado los colegios a primera hora de la mañana; otros, ni siquiera han acudido a las clases. Seis guarderías locales han decidido no abrir tras alegar motivos de seguridad.

La policía ha detenido esta mañana a dos individuos en la favela de Nova Brasilia (una de las 14 que conforman el Complexo do Alemão) acusados de ordenar el cierre de sus establecimientos a los comerciantes locales. Según los testimonios recogidos por la prensa local entre alumnos de las escuelas afectadas, algunos narcos también habrían realizado rondas callejeras para advertir a los vecinos sobre el peligro que corrían si salían de sus casas. En la escuela Tim Lopes (el nombre homenajea a un célebre reportero asesinado por narcotraficantes del Alemão en 2002) el pánico tomó las aulas a primera hora de la mañana y se produjeron momentos de tensión que culminaron en el desalojo del centro.

Existen dos hipótesis sobre el origen de este toque de queda. Hay quien opina que la reacción de los narcos locales se produce tras a la muerte en la víspera de Anderson Simplício de Mendonça, alias “Orelha”, un bandido del Alemão abatido a tiros por policías en una operación nocturna. El Comando de la Policía Pacificadora, sin embargo, intenta confirmar la muerte en Paraguay de Luciano Martiniano da Silva, alias “Pezão”, el líder del narco local que nunca llegó a ser detenido en la espectacular ocupación de noviembre de 2010. Según la policía, este es el verdadero motivo que explicaría la virulenta reacción de los delincuentes que aun operan en la zona.

Hasta noviembre de 2010 el Alemão estaba considerado uno de los bastiones más inexpugnables del narcotráfico carioca. En su ocupación participaron 11.000 soldados y policías, tanques y helicópteros de combate. Tras 48 horas de máxima tensión, la operación se llevó a cabo sin muertos. Tampoco fueron capturados los líderes del crimen local. Sin embargo, el Estado cumplió su principal objetivo, que era recuperar el control territorial de la zona.

Sea como fuere, el toque de queda de hoy demuestra que los grupos narco continúan teniendo cierta capacidad de amedrentar a la población, aunque tengan que enfrentarse a la presencia de la Policía Pacificadora y ya no cuenten con los arsenales y el respaldo de antaño. A principios de este mes también se produjeron enfrentamientos armados en la favela de Rocinha después de que siete narcotraficantes locales que cumplían condena por la toma y secuestro del hotel Intercontinental del vecino barrio de Sao Conrado fuesen puestos en libertad por un juez que los consideró inofensivos para la sociedad.

 

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