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Absueltos dos colaboradores de Milosevic de crímenes en la guerra de los Balcanes

El tribunal considera probadas las expulsiones pero no que los acusados lo planificaran y ordenaran

Isabel Ferrer
EFE

Jovica Stanisic y Franko Simatovic, exjefes de la Seguridad del Estado serbio, y de su división de operaciones especiales, respectivamente, han sido absueltos de crímenes de guerra y contra la humanidad por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY). Los jueces han rechazado que ambos formaran una asociación criminal destinada a deshacerse de las demás etnias en Bosnia Herzegovina y Croacia durante la guerra de los Balcanes. Entre los cargos presentados por la fiscalía aparecían asesinato, deportación, palizas, detenciones ilegales, abusos sexuales y trabajos forzados, cometidos entre 1991 y 1995. El fallo supone un nuevo revés para la acusación, ya que fueron miembros destacados del entorno del fallecido presidente serbio, Slobodan Milosevic, partidario de una Gran Serbia.

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Según el pliego de cargos, Stanisic y Simatovic organizaron, dirigieron y formaron, con fondos estatales serbios, unidades armadas que luego aniquilaron, o bien expulsaron de sus hogares, a civiles bosniocroatas, musulmanes bosnios y de otros grupos étnicos. “Si bien no hay duda de que los crímenes tuvieron lugar, la sala no considera probado, más allá de toda duda razonable, que los acusados planificaran, ordenaran, ayudaran o bien alentaran dichos actos”, ha dicho el juez presidente, Alphons Orie. Las unidades, reconocidas por los jueces, escogieron nombres llamativos, como Escorpiones, Boinas Rojas o Tigres de Arkan. Sus delitos fueron cometidos en diversos municipios croatas y bosnios, incluida Srebrenica. Allí perecieron unos 8.000 varones musulmanes a manos de las tropas serbobosnias de entonces general Ratko Mladic. Y allí, en 1995, los Escorpiones se filmaron ejecutando a seis prisioneros capturados tras la caída de la ciudad.

Esta sentencia era esperada con gran interés porque ambos procesados fueron estrechos colaboradores de Milosevic, muerto en 2006 antes de que concluyera su propio juicio. Stanisic, además, trabajó con él hasta caer en desgracia en 1998. Se presume que no compartía los modos represivos de su jefe en Kosovo, de mayoría albanesa y en aquellos momentos una provincia serbia. Simatovic se mantuvo en su cargo el año 2000, cuando Milosevic tuvo que abandonar el poder.

Stanisic y Simatovic no opusieron resistencia al ser arrestados en 2003 y han sido puestos inmediatamente en libertad. El juicio debió comenzar en 2008, pero el primero fue operado y el proceso se retrasó un año. La absolución de ambos muestra lo difícil que resulta, al menos para la justicia internacional, que trata los peores delitos posibles, demostrar la intención criminal de algunos acusados.

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