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Otto Pérez cree que “Guatemala sale reforzada” del juicio a Ríos Montt

El mandatario pone los procesos contra el exdictador y contra Portillo como ejemplo de fortaleza institucional delante de 200 empresarios

Pablo Ximénez de Sandoval
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.
El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.EFE

"Ustedes habrán oído que se acaba de celebrar un juicio...". El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se refirió esta mañana de forma sorpresiva al juicio contra el exdictador José Efraín Ríos Montt delante de más de 200 empresarios de todo el mundo durante la inauguración de un foro de inversiones en la capital guatemalteca. Pérez aseguró que el juicio y la posterior condena al exdictador ayudan a "construir país" porque demuestran la independencia de los poderes del Estado.

Pérez ni siquiera eludió su propia relación con los hechos ante un foro de inversionistas al que le habría dado exactamente igual si hubiera ignorado el asunto por completo. "He leído una columna que decía 'qué contradictorio, que un general jefe de Estado esté siendo juzgado cuando otro está en la presidencia". Pérez Molina era oficial del Ejército y operó en las zonas donde se produjeron los hechos por los que fe juzgado Ríos Montt. "La lección", dijo el presidente, "es que aquí se respetan los poderes del Estado y la independencia de la justicia. Eso es construir país. El Estado de derecho es vital", proclamó el presidente guatemalteco.

El mandatario también se refirió a la reciente extradición del expresidente Alfonso Portillo a Estados Unidos para ser juzgado en un tribunal de Nueva York por delitos relacionados con el supuesto blanqueo de 70 millones de dólares. Pérez Molina lo presentó ayer como ejemplo de estabilidad democrática. "El mensaje al mundo es que prevalece el Estado de derecho. Nadie, ni el presidente, está por encima de la justicia. Ese es el cambio. Ese es el mensaje de Guatemala al mundo".

El discurso de Pérez Molina se producía en un escenario en el que los oradores anteriores, el presidente de la Cámara de Industria de Guatemala y el ministro de Economía, se esforzaron por destacar las condiciones del país para atraer la inversión extranjera y sus aspiraciones económicas. Pérez, al adoptar un tono político, no eludió el asunto que más profundamente ha impactado a Guatemala en los últimos años, que forma parte de todas las conversaciones, y que preocupa a la elite empresarial por la imagen que puede transmitir de país donde suceden atrocidades. "Aunque parezcan momentos difíciles, de esto vamos a salir reforzados como país", aseguró ayer Pérez Molina.

Ríos Montt, de 87 años, fue condenado el pasado 10 de mayo por un tribunal ordinario de Guatemala a 80 años de prisión por un delito de genocidio contra el pueblo maya Ixil, cometido durante su presidencia de poco más de un año entre 1982 y 1983 y ejecutado por el Ejército a su cargo, que llevó a cabo una represión desproporcionada contra las regiones indígenas en las que operaba la guerrilla. Decenas de testimonios de las víctimas detallando las atrocidades vividas entonces han conmocionado al mundo y a la propia Guatemala tres décadas después de los hechos. La condena ha sido anulada por la Corte Constitucional alegando un defecto de forma que obligará a repetir parte del proceso.

El juicio al exdictador ha despertado una agria división en el país centroamericano y ha puesto de golpe en primer plano las masacres de la guerra civil, justo cuando el Gobierno ha emprendido una ofensiva para presentar Guatemala como un destino de inversiones internacionales y un país con la estabilidad institucional ganada. Es en ese contexto en el que Pérez ha tratado este martes de poner a favor de su estrategia el impacto mediático mundial del proceso a Ríos Montt y lo ha presentado ante la cúpula empresarial de Guatemala como un paso más en la modernización del país.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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