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Ir a un restaurante en Brasil empieza a dar miedo

Los asaltos en locales de hostelería empiezan a preocupar a las autoridades

Juan Arias

Brasil es hoy uno de los polos de la gastronomía de América Latina y a sus ciudadanos les encanta frecuentar los restaurantes. Sin embargo, el miedo a poder encontrarse con un revólver en la sien al ser asaltados mientras saboreas una rica picanha, empieza a cundir entre la población, sobre todo en las ciudades más grandes.

Últimamente los asaltos a mano armada en la hostelería han aumentado cnotablemente. En São Paulo, considerado el centro de la gastronomía no solo de Brasil sino de todo el continente, esta modalidad ha aumentado en 2013 un 14% y son ya 19 los registrados en la capital financiera del país.

En Río, durante la semana pasada, en 48 horas fueron asaltados dos restaurantes del castizo barrio de Botafogo y en Sâo Paulo, un guardia fue asesinado a tiros tras haber intentado paralizar a uno de los agresores.

“Asusta. Llegan diciendo que van a matar a la gente” afirma el responsable de un restaurante. Una de las características de estos delitos es  que en el grupo de criminales  hay cada vez más adolescentes, en algún caso, niños de 12 años que suelen ser además los más feroces, según han comentado las víctimas. En Brasil la ley penal se aplica solo a los mayores de 18 años por lo que los delincuentes profesionales se sirven cada vez más de personas jóvenes que no pueden ser condenados y vuelven pronto a la calle en caso de ser detenidos por la policía..

Los asaltos a restaurantes no solo están ocurriendo en São Paulo y Río, sino también en Salvador de Bahia, Brasilia o Belem y no están limitados a locales de lujo, sino que se extienden a restaurantes modestos, como pizzerías donde acuden las clases más humildes.

En São Paulo uno de estos ataques sucedió durante el banquete de una boda. “Acabaron con nuestra fiesta. Fue muy triste” confesó el novio aún asustado y nervioso. Los asaltantes suelen resolver todo en pocos minutos: roban las carteras a los comensales, móviles, relojes, joyas etc. y salen corriendo y disparando.

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Además de los restaurantes, las personas de a pie, sobre todo en los barrios de clase alta de las grandes ciudades están cada día más preocupadas con los asaltos de adolescentes armados.

La abogada Ruth Gavea que vive en el barrio de Leblón de Río, el más elegante de la ciudad, afirma haber sido asaltada en la calle este año ya tres veces. “Lo peor no es lo se llevan, sino el miedo que pasas, pues suelen estar muy nerviosos y se les puede escapar un tiro si los frustras”, ha confesado a un diario de Río.

Este tipo de ataques empieza a preocupar a las autoridades que piensan en la llegada de cientos de miles de extranjeros a las ciudades del Mundial el año próximo y de las Olimpiadas de Río en 2016.

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