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México aún no es un país de clases medias

Un informe oficial señala que pese al crecimiento de este grupo social en la última década, el 60% de la población pertenece todavía a la clase baja

La buena nueva de que México es ya un país de clases medias anunciada por el expresidente Felipe Calderón en su último año de mandato tendrá que esperar. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicado el miércoles, señala que este segmento social creció cuatro puntos porcentuales en la primera década de este siglo, pasando del 35,2% al 39,2% de la población -44 millones de personas-, mientras que el 59,1% de los mexicanos pertenece a la clase baja y tan solo el 1,7% a la clase alta.

El INEGI, que precisa que su investigación no es aún definitiva, entra por primera vez en un debate político y académico que en los últimos años ha generado una extensa literatura en México y América Latina, ya que el crecimiento de las clases medias es considerado un factor clave de cohesión social y estabilidad democrática. Diferentes definiciones de este grupo social y metodologías (OCDE, Banco Mundial, etcétera) han llevado a distintas interpretaciones en el pasado sobre si el vaso está más o menos lleno.

El instituto oficial aclara que su estudio se basa en los datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, de los años 2000 y 2010, sobre una muestra de más de 30.000 viviendas, y que en su enfoque sobre los 17 indicadores seleccionados para medir la composición social de México se privilegiaron los rubros de gasto sobre los de ingreso.

El informe precisa que mientras en el ámbito urbano, la clase media en 2010 ascendía a 50,1% de la población y al 47% de los hogares, en el medio rural esta proporción era del 26% y 28,1%, respectivamente. Además de vivir mayoritariamente en las ciudades, el estudio describe el hogar “más probable” de la clase media mexicana como aquel que cuente “al menos con computadora, gaste alrededor de 4.400 pesos (340 dólares) al trimestre tan solo en consumir alimentos y bebidas fuera del mismo, haya quien tenga tarjeta de crédito así como un integrante inserto en el mercado laboral formal, lo encabece alguien con educación media superior y que su estado civil sea casado, conformando una familia de cuatro personas”. Añade que también es probable que sus miembros trabajen en el sector privado y que sus hijos asistan a escuelas públicas.

El Instituto Nacional de Estadística matiza que el concepto de clase baja no es sinónimo de pobreza

En cuanto a ese 60% de mexicanos, sobre una población total de unos 112 millones, que integra la clase baja, el INEGI matiza que ésta no es sinónimo de pobreza. El estudio precisa que “más que constituir una clase social en sí misma”, la pobreza es una situación en la que pueden caer “con mayor probabilidad” las clases bajas por “eventos catastróficos en el interior del hogar como la pérdida súbita del principal proveedor o la presencia de una enfermedad o accidente grave entre sus integrantes”, así como por causas económicas generales del país como una etapa de hiperinflación o de recesión.

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Las conclusiones provisionales del INEGI coinciden con el trabajo realizado por los investigadores del Banco Mundial, Luis Felipe López Calva y Eduardo Ortiz Juárez, publicado en diciembre de 2011, quienes con una metodología distinta, basada en modelos econométricos, habían establecido que la clase media la constituye aquel segmento de la población con una probabilidad inferior al 10% de caer en la pobreza.

El estudio del Banco Mundial, que compara la situación de México, Chile y Perú en las dos últimas décadas, teniendo en cuenta episodios como la Crisis del Tequila en 1994/95 o el colapso político tras la caída del ex presidente Alberto Fujimori en 1998/99, concluye que el porcentaje de hogares de clase media creció del 28,3% al 52,8% en Chile, del 24.9% al 42% en México y del 23% al 39,4% en Perú.

La vulnerabilidad de las clases medias mexicanas ante la pobreza es cada vez menor, pero como concluye el profesor de Economía, Gerardo Esquivel, “México todavía no puede considerarse un país de clases medias a pesar de que en la última década haya habido un avance es esa dirección”. El sueño de una sociedad de iguales aún está por alcanzar.

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