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Una nueva hoja de ruta para las cumbres iberoamericanas

Las Fundaciones Alternativas y Funglode resumen los logros de más de 20 años de cumbres iberoamericanas y abren el debate para renovar el modelo de reuniones

La Fundación Alternativas, de España, y la Fundación Global para la Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), de República Dominicana, han presentado en la sede de la Secretaría General Iberomericana (SEGIB), en Madrid, un informe sobre los logros de las 22 cumbres iberoamericanas realizadas, desde Guadalajara en  1991 a Cádiz en 2012.

A raíz de los profundos cambios que se han producido en la región y el mundo en el mismo periodos de tiempo, el estudio propone intenta destacar la utilidad que han tenido estas reuniones -haciendo un buen resumen de los acuerdos y de su implementación- y los desafíos que se plantean para la subsistencia de este espacio iberoamericano, sobre todo el financiero.

Se han sucedido cambios, tanto en América Latina y Caribe  -consolidación democrática, crecimiento, nuevos foros de integración (UNASUR, CELAC) el ascenso de Brasil o la creciente presencia de China- como en España y Portugal, recientemente aquejados de una profunda crisis junto a la eurozona. Como resultado, Iberoamérica y las instituciones iberoamericanas corren el peligro de perder cada vez más relevancia.

El Informe aborda la evolución de las Cumbres desde una doble perspectiva. Primero, retrospectiva: ¿qué se ha conseguido en estos años? Segundo, prospectiva: ¿cuál es el futuro de la relación de España y Portugal con Latinoamérica? ¿A dónde van las Cumbres Iberoamericanas? ¿Merece la pena apostar por Iberoamérica?

En la primera parte, el informe recoge una serie de programas que han justificado y justifican las cumbres: la Escuela de Gobierno (IBERGOB), conectada a la Conferencia de Ministros de Justicia Iberoamericanos, el Espacio Cultural Iberoamericano (a partir de la Carta Cultural Iberoamericana y los muchos programas que la desarrollan) y un Espacio Común del Conocimiento, o la aprobación de las "Metas 2021" -Convenio de Bariloche de 1995- como base de una marco de cooperación al desarrollo, entre otros.

Por otra parte, el texto no deja de reconocer las debilidades de la iniciativa: Falta de seguimiento de los acuerdos, el carácter meramente declarativo de las decenas de los acuerdos alcanzados dificulta distinguir lo retórico del compromiso real, o la falta de recursos comunes para sostener muchos programas y lograr avances importantes.

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Los expertos que han participado en el informe, han concluido que la supervivencia de las cumbres dependerá, entre otras cosas, de que se implementen mecanismos de seguimiento y evaluación de los programas por parte de organismos independientes, en base a una gestión por resultados.

Por otra parte, en plena crisis financiera europea y con una América Latina cortejada por potencias emergentes como China, hay que replantear por completo el sistema de financiación, equilibrándola mediante el aumento de los recursos por parte de los países latinoamericanos concernidos -especialmente Brasil, México, Chile y Argentina, pero también “emergentes” como Colombia o Perú-,

También se propone potenciar las alianzas público-privadas, especialmente en los programas de infraestructuras, pymes e innovación.

En la parte donde el informe se pregunta hacia dónde van las Cumbres Iberoamericanas, se plantean varias ideas que permitan, por ejemplo, que los países de una región emergente como América Latina y Caribe puedan encontrar en la Comunidad Iberoamericana un instrumento realmente útil para emerger económica, política y socialmente en el siglo XXI, con España y Portugal de la mano y como socios con un valor añadido.

El estudio sugiere una reforma política e institucional del sistema de Cumbres Iberoamericanas, que aúne los intereses de España y Portugal – obligados a tomar la iniciativa - con los intereses y la diversidad de Latinoamérica, así como revertir la elitización de las Cumbres y el distanciamiento respecto a una ciudadanía que no conoce bien los resultados

Los expertos creen que resulta clave dar un nuevo rol a SEGIB, consistente en un refuerzo político y técnico con el fin de relanzar la apuesta conjunta de España y Portugal con sus socios latinoamericanos. También hay que replantear una financiación más equilibrada entre ambas orillas para que el organismo y las cumbres no sea solo una iniciativa que se perciba como española o europea, solo para sus propios fines e intereses.

Desde Iberoamérica, el informe cree que se debe contribuir también a la formación de una Secretaría Permanente Euro- Latinoamericana que dé continuidad a los acuerdos y a la cual aporte su experiencia. Esto, a su vez, facilitaría el seguimiento de Planes de Acción iberoamericanos y euro-latinoamericanos.

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