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El presidente de Egipto nombra a un exterrorista gobernador de Luxor

La decisión ha provocado la dimisión del ministro de Turismo y las protestas de activistas y empresarios del sector

Una turista sale del templo de Hatshepsut, en Luxor
Una turista sale del templo de Hatshepsut, en LuxorReuters

La decisión del presidente islamista Mohamed Morsi de nombrar gobernador de Luxor a Adel al-Jayat, miembro del que fuera el sangriento grupo terrorista Gamá Islamiya, ha traído cola. A las airadas críticas del empresariado de Luxor, la ciudad más turística del país, se ha de añadir la dimisión la noche del martes del ministro de Turismo, Hisham Zazou, un tecnócrata independiente. Sin embargo, el primer ministro, Hisham Qandil, no ha aceptado la renuncia y aún espera convencerle de que siga en su cargo.

En declaraciones públicas, Zazou aseguró que tras conocer el nombramiento de al-Jayat “no podía continuar en su cargo de ministro de Turismo”. Además, advirtió que la decisión del presidente “tendrá graves y nefastas consecuencias para la industria turística en su conjunto”. El turismo representa uno de los pilares de la economía egipcia, si bien aún no se ha recuperado del descenso en el número de visitantes que sufrió después de la revolución que depuso a Mubarak.

La Gamá Islamiya fue un grupo terrorista de ideología islamista que cometió brutales atentados durante los años 80 y 90. Su acción más espectacular y sangrienta fue precisamente en Luxor, en el templo de Hatshepsut, donde sus militantes asesinaron con machetes y armas automáticas a 62 personas, la mayoría turistas extranjeros. Asimismo, varios de sus activistas fueron condenados por el asesinato del presidente Anuar al-Sadat en 1981.

“Luxor está abierto turistas de todo el mundo. Ellos son mi principal preocupación y el Estado vela por su seguridad y bienestar”, declaró a Reuters al-Jayat. El nuevo gobernador sostiene que ingresó en la Gamá Islamiya en 1975, cuando era un movimiento político en los campus universitarios, y niega haber participado en cualquier acto violento. Su activismo se limitaría a ofrecer charlas.

Además, al-Jayat se esforzó en calmar las dudas sobre su compromiso con el mantenimiento de los restos faraónicos, calificados de “falsos ídolos” por parte de algunos movimientos ultraconservadores egipcios. “Trabajaremos para proteger los templos, para que ofrezcan su mejor imagen y nadie pueda dañarlos. Son unos grandes monumentos”, añadió.

Los líderes de la Gamá renunciaron la violencia desde la cárcel hace unos diez años, y después de la revolución fundaron el Partido de la Construcción y el Desarrollo. Esta fuerza política es uno de los más fieles aliados de los Hermanos Musulmanes y contaba con varios diputados en el parlamento disuelto. En una entrevista con El Pais, su dirigente más carismático, Tarek Zomor, se desvinculó de los atentados más brutales, y los atribuyó a “jóvenes alienados que actuaban por libre”.

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Junto con al-Jayat, el presidente Morsi designó el domingo a otros 16 gobernadores provinciales, entre los que se cuentan siete miembros de los Hermanos Musulmanes y seis responsables de las fuerzas de seguridad, que se encargarán de las zonas fronterizas. El resto son figuras independientes.

Además de la ciudad de Luxor, los nombramientos han sido acogidos con manifestaciones de protesta en varias de las provincias que tendrán un gobernador de la Hermandad. Los manifestantes se quejan de la voluntad del grupo islamista de controlar todos los resortes de poder del Estado. Para el próximo 30 de junio, el primer aniversario de la investidura de Morsi, la oposición laica está preparando grandes movilizaciones con el objetivo de forzar la celebración de elecciones presidenciales anticipadas.

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