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El prestigio de los políticos se desploma en São Paulo

El apoyo a las protestas callejeras en la capital financiera ha pasado en diez días del 55% al 77%

Juan Arias
Manifestación este martes en São Paulo.
Manifestación este martes en São Paulo.Miguel Schincariol (AFP)

Entre los ciudadanos de la ciudad de Sâo Paulo, una ciudad con más de 12 millones de habitantes, el prestigio sobre el mundo político se ha desplomado en los últimos diez años. Según un sondeo publicado este miércoles por el instituto Datafolha, la confianza de los ciudadanos de la urbe símbolo de la economía y de las finanzas hacia los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) es muy negativa. El sondeo nacional de Ibope, también conocido este miércoles, muestra que la presidenta Dilma Rousseff ha perdido ocho puntos de consenso popular.

Los datos confirman la tendencia de baja popularidad de la mandataria, como ya avanzó el sondeo realizado por Datafolha en marzo pasado, cuando había perdido ocho puntos por primera vez desde el inicio de su mandato, lo que significa que su índice de popularidad se ha rebajado en 16 puntos. A pesar de ello, su aprobación sigue siendo de un 55%. Según el sondeo, los datos no muestran el impacto de las protestas que comenzaron hace 10 días. 

Respecto a las instituciones, si hace diez años el 51% consideraba que el ejecutivo (gobierno) tenía mucho prestigio, hoy solo lo cree así el 19%. Del legislativo solo un 17% consideraba que no tenía prestigio, pero hoy esa cifra ha subido a un 42%. Incluso el poder judicial, que había sido siempre uno de los mejores valorados, ha perdido puntos. Hace diez años el 38% de los paulistanos consideraban que tenía prestigio, mientras hoy solo lo cree un 20%.

Los partidos políticos, que en todos los sondeos se llevan siempre la menor nota, tienen el mayor índice de desprestigio de las instituciones a examen, con la desaprobación del 44%. Las tres instituciones mejor valoradas son las redes sociales, a las que el 67% concede “mucho prestigio”; la prensa, con un 61%, y la Iglesia, aunque muy por debajo con un 35%.

La adhesión a las protestas callejeras también ha aumentado, al pasar de un apoyo del 55% inicial a un 77%. Los motivos principales que llevaron a los paulistanos a la calle son los transportes públicos, la corrupción y el rechazo a los políticos. Incluso el uso de la gran avenida de la ciudad para las manifestaciones, la mítica Avenida Paulista, que el alcalde intentó prohibir, es aprobado por dos tercios de la población. El 51% considera que el primer día de la protesta la policía fue excesivamente violenta. Fue ese uno de los motivos por el que en los días siguientes se multiplicó el número de los manifestantes.

La importancia de este sondeo radica en el peso económico que siempre ha tenido Sâo Paulo, corazón de las finanzas del país y una de las urbes más modernas de América Latina, donde se concentra, junto con Río, el mayor número de empresarios del país. El hecho de haber convertido a esta ciudad en el símbolo de las protestas callejeras ha dado al fenómeno un valor nacional e internacional añadido.

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