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El botín de guerra del ejército rojo enturbia la visita de Merkel a Putin

La exposición incluye 600 obras de arte, entre ellos piezas de oro llevadas desde Alemania por soldados soviéticos

El edificio del Hermitage, en San Petesburgo, el miércoles.
El edificio del Hermitage, en San Petesburgo, el miércoles.Andrey Rudakov (Bloomberg)

La demanda alemana de que Rusia devuelva las obras de arte que el Ejército soviético se apropió durante la II Guerra Mundial ha enturbiado hoy la reunión entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y la canciller, Angela Merkel. En la conferencia de prensa dada por ambos gobernantes al final de sus conversaciones en el Foro Internacional de San Petersburgo, el líder ruso ha declarado que no era el momento de abrir una discusión sobre el tema, que, en sus palabras, es “sumamente delicado”. Pero ha asegurado que nunca tuvieron planes de cancelar su participación en la inauguración de la muestra y que solo querían estar seguros de que tendrían tiempo para ir al Hermitage. “Hemos decidido ir, se trata de una exposición importante”, ha afirmado Merkel.

El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, ha llegado a informar por la mañana en Berlín de que Merkel había cancelado la visita al museo del Hermitage en San Petersburgo tras la suspensión por parte rusa de su intervención en la que, según medios alemanes, pretendía referirse a las obras de arte alemán que los soviéticos se llevaron como botín al vencer en la II Guerra Mundial. Putin y Merkel desmintieron que la segunda fuera a cancelar su presencia en la inauguración.

Merkel ha precisado que 600 de las obras pertenecen a Alemania. “Consideramos que estas piezas de exposición deben regresar a Alemania” y ser devueltas a los herederos de sus propietarios legítimos, ha afirmado.

La muestra que se inaugura en el Hermitage, preparada conjuntamente por especialistas rusos y alemanes, es de piezas de la edad bronce correspondientes a los primeros milenios antes de nuestra era y se enmarca dentro del proyecto Europa sin fronteras. La apertura al público coincide con el aniversario del ataque nazi contra la URSS, y en ella se exponen objetos que antes estaban en museos germanos.

Rusia, aunque ha devuelto algunas obras —notablemente de la Galería de Dresde—, continúa manteniendo en su poder la mayoría de las piezas de arte expoliadas como trofeo de guerra.

La posición rusa a este respecto ha sido de que no tiene obligación de entregar esos objetos, ya que el pueblo soviético pagó con su sangre por ellos. Por lo demás, cuando los alemanes invadieron Rusia se llevaron cientos de obras, además de las que destruyeron en el país.

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Por último, los especialistas locales hacen notar que hay un problema histórico: si los rusos devuelven las obras expoliadas, ¿por qué no lo hace, por ejemplo, Francia con las que Napoleón se llevó de Rusia y de otros países y que acoge el Louvre? ¿Por qué Grecia no recibe de vuelta todo su tesoro artístico, repartido hoy en los museos europeos, los alemanes incluidos? ¿Y las obras del Egipto antiguo o de la América precolombina?

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