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La unión de los sindicatos llena Roma de manifestantes contra el paro

Más de 100.000 trabajadores marchan en la capital en la primera movilización unitaria en10 años Las organizaciones piden a Letta que apruebe medidas eficaces

Manifestantes ante la iglesia de San Juan de Letrán, en Roma.
Manifestantes ante la iglesia de San Juan de Letrán, en Roma. FILIPPO MONTEFORTE (AFP)

Por primera vez en 10 años, los sindicatos italianos han considerado que hay motivos suficientes para unir sus voces en la calle. Más de 100.000 personas han marchado este sábado por las calles de Roma para pedirle al Gobierno medidas eficaces contra el desempleo y a favor de una fiscalidad más justa. Susanna Camusso, la líder del CGIL, el sindicato mayoritario, ha resumido: "Estamos en la calle porque el país necesita respuestas rápidas. Las medidas del Gobierno no van bien. Se trata de constantes anuncios que no se traducen en un cambio real".

Además de los tres sindicatos mayoritarios, CGIL, CISL y UIL, se han unido a la marcha el nuevo secretario general del Partido Democrático (PD), el socialista Guglielmo Epifani, a pesar de que el actual Gobierno de coalición está presidido por un miembro de su partido, Enrico Letta. "El PD", ha querido dejar claro Epifani, " está al lado de los trabajadores". La situación política del centroizquierda italiano es complicada. En la calle dice estar con los trabajadores, pero en los palacios del Gobierno comparte objetivos con el centroderecha del Pueblo de la Libertad (PDL) ante las amenazas constante de Silvio Berlusconi de dejarlo caer.

Ante tal disyuntiva, los tres sindicatos han decidido meter presión al Gobierno y exigirle medidas urgentes para "frenar la caída libre de la economía". Según la sindicalista Camusso, "en el terreno del trabajo se pueden hacer cosas sin necesidad de recursos", y ha pedido una restitución fiscal a trabajadores y pensionistas. "Cuando se quitan impuestos a los ricos", ha asegurado, "no cambia nada, pero cuando se devuelven recursos a los trabajadores renace la economía; el Gobierno debe hacer una reforma fiscal ya, y debe decidir dónde va a recaudar el dinero y a quién lo va a destinar".

Desde muy temprano han ido llegando a Roma trabajadores procedentes de todo el país. Los medios locales han contado hasta 1.400 autobuses fletados por las tres principales centrales, además de trenes atestados e incluso barcos. La manifestación ha partido de la plaza de la República, vecina a la estación de Termini, y ha concluido en la plaza de San Giovanni. Las pancartas más numerosas reproducían dos conceptos fundamentales: "No a la austeridad" y "En lucha por el trabajo". Además de la líder de la CGIL, también han intervenido los secretarios del CISL, Raffaele Bonanni, y del UIL, Luigi Angeletti, quienes han urgido también al primer ministro Enrico Letta a poner más énfasis en la lucha contra la evasión fiscal y a solucionar el problemas de las decenas de miles de prejubilados que, a raíz del aumento de la edad de jubilación previsto en la reforma laboral del tecnócrata Mario Monti, se han quedado sin trabajo y sin pensión.

El jueves, en una larga comparecencia ante la prensa extranjera, el jefe del Ejecutivo insistió en que todos sus esfuerzos se centran en luchar contra el desempleo --sobre todo contra el de los jóvenes-- y en hacer de Italia un país fiable, que atraiga más inversionistas. Dijo que sus algunas de sus primeras medidas aprobadas son "revolucionarias". Para los sindicatos, en cambio, son prácticamente papel mojado.

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