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La pelea entre los Mandela llega hasta la tumba

Un juez ordena trasladar los restos de tres hijos de Madiba

Lo de los Mandela ya es un culebrón que enrojece a cualquiera y no va falto de bajas pasiones, con envidias, reproches, adulterios y un vergonzante movimiento de cadáveres. Ya no respetan ni a sus muertos.

Ayer, se ejecutó la orden judicial de trasladar los cadáveres de tres hijos del expresidente sudafricano a Qunu, localidad natal de Mandela de donde Mandla, nieto y jefe del clan, se los llevó en 2011 para enterrarlos en Mvezo. En esta última aldea tiene la sede de su jefatura y planifica un complejo turístico con la idea de instalar allí la sepultura de Mandela. Ahora, estos planes se han ido a pique porque 16 miembros de su familia denunciaron su jugada, entre los que se encuentra Makaziwe, hija del expresidente.

A Mandla no le ha gustado que los jueces desautorizaran su poder y ayer se defendió atacando. Desde su feudo de Mvezo, sostuvo que la tradición ampara sus decisiones y responsabilidades con el clan y recordó que fue el mismo Mandela quien lo designó jefe.

La esposa del expresidente desmiente que esté en coma

El nietísimo tuvo reproches para dar y vender y acusó a sus parientes de perseguirlo por venganza y de moverse solo buscando “el dinero” del abuelo, en relación a otra querella que enfrenta a Makaziwe y demás parentela con tres viejos camaradas de Mandela.

En esta pelea Mandla ha quedado al margen y en ella se dirime el control de los millonarios derechos de imagen que genera la figura de Madiba, apelativo con el que se conoce al expresidente.

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Siempre tía y sobrino se significan en bandos diferentes, por lo que parece que el trofeo de esta riña será la jefatura del clan. Quizá por eso Mandla clavó sus dardos contra ella y le reprochó que se desentienda del papel de conciliadora que debería asumir como la hija primogénita y que en cambio se esfuerce en crear “división y destrucción”. Es más, incluso llegó a cuestionar que sea una Mandela porque, como marca la tradición, al casarse pasó a formar parte de la familia del marido. “Habrá que dejar claro quién es Mandela”, se despachó.

Y a cuento de los parentescos, el jefe disparó contra sus propios hermanos. A uno le acusó de sembrar la mentira de que es fruto de una relación extramatrimonial y a otro le señaló como el que “preñó” a su propia mujer, obligándole así a repudiar a su hijo recién nacido.

Lejos del conflicto, Graça Machel, tercera esposa de Madiba, desmintió los rumores de que está en coma y afirmó que está “bien”, aunque “a veces siente dolor” y sigue en estado crítico desde hace 11 días. La mozambiqueña afirmó que desde la cama del hospital el premio Nobel de la Paz envía el “regalo” de “estar todos unidos”. Sin especificar si ese todos es Sudáfrica o la estirpe.

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