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Preguntas y extrañezas del caso de los 12 desaparecidos de México DF

Han pasado 40 días del rapto colectivo y el asunto, lejos de aclararse, se enreda en enigmas

Pablo de Llano Neira
Una madre pone en la fiscalía un cartel de su hijo desaparecido.
Una madre pone en la fiscalía un cartel de su hijo desaparecido.J. D. QUESADA

El caso policial más importante en México DF en los últimos tiempos no se desatasca. Hace 40 días que 12 jóvenes fueron raptados afuera de una discoteca del centro de la capital. El asunto saltó a los medios cuatro días después. La fiscalía del DF se hizo cargo de la investigación. México ya estaba habituado a que de cuando en cuando se conociesen hechos criminales espectaculares: descabezados, narco-bloqueos de tráfico en ciudades, fachadas de ayuntamientos tiroteadas por comandos armados y un truculento etcétera, pero no en la capital. No un secuestro colectivo al pie del moderno rascacielos New York Life, a unos segundos andando del Paseo de la Reforma, los Campos Elíseos del DF, a 800 metros de la fiscalía federal –la Procuraduría General de la República–, a cuatro cuadras del cuartel general de la policía local. Esto causó una enorme sorpresa. Desde entonces, la sorpresa se ha convertido en muchas incógnitas y pocas certezas. Aquí un repaso de algunas de ellas.

¿Quién lo hizo?

La fiscalía del DF ha enseñado imágenes de vídeo en las que se ve a un grupo de personas metiendo en coches a otras delante de la discoteca. Las imágenes no son nítidas, pero la fiscalía ha afirmado que en ellas ha podido identificar a los 12 desaparecidos y a 17 ejecutores materiales del rapto, además de ocho coches involucrados en el secuestro. El fiscal, Rodolfo Ríos, ha definido los hechos como un problema de “pandillas” de carácter “circunstancial”, y ha descartado que se trate de un asunto relacionado con el crimen organizado. Ríos y su superior, el alcalde del DF y anterior fiscal de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, han reiterado que en la capital no operan los grandes carteles del narcotráfico, a diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de la República. La tesis que ha deslizado la fiscalía es que el rapto se debe a un pleito entre grupos de narcomenudistas. Por su parte, las familias de los desaparecidos insisten en que el rapto supuso un despliegue de recursos y de organización propios del crimen organizado. En las imágenes no se ven armas largas o coerción violenta.

¿Cómo no se ha detenido a ninguno de los 17?

Hasta el momento hay tres detenidos bajo cargo de secuestro. Uno de los dueños de la discoteca, su chófer y su encargado de seguridad. Pero la fiscalía no incluye a estos tres entre los 17 autores materiales. De estos ha trascendido que se poseen retratos robot de algunos, pero ninguno de ellos ha sido localizado. De acuerdo con los esquemas de la fiscalía, estaríamos hablando de un número elevado de pandilleros que, sin la estructura de un grupo del crimen organizado, habría logrado evadir durante 40 días un operativo especial de búsqueda en el que suman sus fuerzas los organismos policiales de la capital y los de la fiscalía federal. Es decir, una pandilla habría raptado a 12 personas a plena luz del día en el centro del DF, se los habría llevado de ese lugar, cuyo perímetro tiene gran cantidad de cámaras de vigilancia, sin despertar sospechas y habría conseguido esconderse durante seis semanas sin que nadie haya logrado dar con ellos ni con los 12 jóvenes que se llevaron consigo.

¿Quién mató a Dax Rodríguez Ledezma?

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Este martes apareció en el estado de Morelos, que limita con el DF, el cuerpo calcinado de Dax Rodríguez Ledezma, que era copropietario de la discoteca junto a su hermano Mario (uno de los tres detenidos por secuestro) y a otro socio llamado Ernesto Espinoza Lobo, también detenido. Con él aparecieron los cadáver de dos mujeres, una de ellas de 18 años. Según medios mexicanos, ellas y Dax fueron raptados en un cine de Iguala, una población del estado de Guerrero, a unos 150 kilómetros del lugar donde aparecieron muertos. Dax Rodríguez estaba prófugo y la fiscalía del DF lo buscaba como sospechoso de secuestro. Sin embargo, una vez apareció muerto, el fiscal Ríos afirmó que sería la policía de Morelos quien investigase su muerte, dado que el cuerpo había aparecido en su territorio. Al día siguiente el gobierno de Morelos dijo que era asunto del DF. Por ahora no se sabe quién mató y quemó al dueño de la discoteca y a las otras dos mujeres.

¿A quién se le ocurre raptar a 12 personas en medio del DF?

La desaparición de los 12 jóvenes está teniendo mucha repercusión mediática, ha provocado un fuerte despliegue policial en Tepito, el barrio de donde son la mayoría de los raptados, una zona tradicional de tráfico de droga, y supuestamente ha puesto a todo gas la maquinaria de investigación policial de la capital, respaldada por la fiscalía federal. En el lenguaje del narco, cuando un hecho criminal atrae los focos de esta manera se dice que la plaza, el lugar donde operan los delincuentes, se ha calentado, se ha puesto complicada para operar. Aunque se trate de un conflicto entre pandillas, no es fácil intuir cómo a los responsables no se les ocurrió una opción más discreta para resolver sus pleitos.

¿Por qué se tardó cuatro días en catear la discoteca?

La fiscalía del DF tardó cuatro días en poner en marcha una investigación por secuestro colectivo. Lo hizo el día en que las familias de los desaparecidos cortaron una avenida de Tepito y el asunto salió en los medios de comunicación. Hasta ese mismo día no se cateó la discoteca para buscar pruebas de los hechos. La fiscalía ha argumentado que hasta que se produjo el revuelo del corte de tráfico no se dio cuenta de la magnitud del caso. Según ellos, hasta ese día solo habían recibido “denuncias separadas” de desapariciones. Las familias, sin embargo, aseguran que desde el primer día les dijeron que habían desaparecido varios amigos en el mismo sitio. Tres semanas después de los hechos, cesó el responsable de la sección de la fiscalía dedicada a recibir denuncias de desaparición. El fiscal dijo que se trataba de una “reestructuración” de esa área. En medios mexicanos se mencionó que este funcionario había sido responsabilizado de no dar la alerta de que había un caso de esta envergadura.

¿Los desaparecidos tenían nexos con el mundo del crimen?

La fiscalía del DF no ha dicho que alguno de los desaparecidos anduviera metido en el mundo de la delincuencia. En la rumorología del caso se ha referido que dos de ellos, Jerzy Ortiz, de 16 años, y Said Sánchez, de 19, son hijos de dos presos que supuestamente fueron pesos pesados en Tepito, y que en ese vínculo podría estar la base del caso. La fiscalía nunca ha corroborado esta conjetura. Otros dos, Josué Piedra Moreno, de 29 años, y Rafael Rojas Marines, de 33, estuvieron en la cárcel por robo.

¿Por qué no asume el caso la fiscalía federal?

Las familias de los desaparecidos quieren que la Procuraduría General de la República se haga cargo de la investigación en lugar de la fiscalía del DF. El lunes pasado se reunieron con el fiscal federal, Jesús Murillo Karam, para pedirle que asuma el caso. Pero la fiscalía federal solo podría hacerlo si la fiscalía del DF se declara incompetente, por ejemplo si determina que se trata de un asunto de crimen organizado, delito de competencia federal, y no de pandillas, de competencia local. En caso de que la fiscalía del DF cambiase de hipótesis y dijese que es un problema de crimen organizado, el crédito del Gobierno local, que sigue aseverando que en el DF no hay carteles, resultaría dañado.

Otros elementos extraños

En los 40 días de evolución del caso ha habido varios episodios particulares. En los primeros momentos la fiscalía perdió de vista a un testigo de los hechos. Era un muchacho que había ido a la discoteca con los desaparecidos y que, según su versión, que EL PAÍS pudo recabar en una conversación telefónica con él, pudo escapar del rapto por la azotea del edificio. El testigo afirmó a este diario que fue a declarar a la fiscalía con una gorra y una gafas de sol y que se negó a darle su nombre a los funcionarios. Después de aquello, la fiscalía anduvo buscando a su principal testigo y tardó varios días en encontrarlo.

El lunes pasado la fiscalía informó de que había detenido sin cargos a un hombre llamado Armando Hernández, alias El Ostión. En medios mexicanos se aseguró que este hombre es hermano del fundador de una banda delictiva de Tepito conocida como La Unión, y que podría ser una de esas pandillas en lucha a las que refiere la fiscalía. Según el relato periodístico de los hechos, el Ostión fue por su propia voluntad a la fiscalía con una carpeta en la que supuestamente llevaba datos sobre la gente involucrada en el caso. El hermano de un capo habría ido por su propio pie a una fiscalía a dar pistas de un crimen y al final lo habrían detenido. El fiscal ha reconocido que se trata de El Ostión, pero no ha entrado a precisar como acabó en sus manos.

Y el viernes pasado fue detenido Ernesto Espinoza Lobo, el socio de los hermanos Rodríguez Ledezma en la discoteca. Lo detuvo la PGR en una operación anti-droga. Lobo estaba en una vecindad del DF en la que se vendía y se consumía droga. La PGR se lo entregó a la fiscalía local. Los medios publicaron que este hombre, antes de ser detenido, llegó al lugar en una camioneta Hummer amarilla, y que cuando lo arrestaron estaba drogado. Uno de los hombres más buscados del DF, según estos datos, habría logrado escabullirse de la policía durante más de un mes pero finalmente habría sido detenido un día que conducía por la capital de México algo tan discreto como un tanque de color amarillo. Las sorpresas del caso no terminan.

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