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“El golpe de Estado deja abierta la puerta a la violencia”

Mohamed Beltagy, secretario general del brazo político de los Hermanos Musulmanes, asegura que van a mantener las movilizaciones

Mohamed Beltagy, rodeado de seguidores, el viernes en El Cairo.
Mohamed Beltagy, rodeado de seguidores, el viernes en El Cairo.KHALED ELFIQI (EFE)

La semana pasada ha sido dura e intensa para Mohamed Beltagy (Kafr el Dawar, 1963) secretario general del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes. Con el presidente Mohamed Morsi arrestado desde el miércoles, y algunos líderes de la Hermandad siendo detenidos, Beltagy ha tomado el papel de voz principal de denuncia del golpe militar. Se acaba de dirigir a los partidarios del presidente depuesto desde el escenario habilitado frente a la mezquita de Raba el Adawiya, epicentro de las protestas contra el nuevo Gobierno. "Aunque nos maten, de aquí no nos vamos hasta que liberen a Morsi", ha dicho. Mantiene, después, que este es solo el inicio de una larga campaña de desobediencia civil.

Pregunta. ¿Ha hablado usted con Mohamed Morsi recientemente?

Respuesta. Creemos que el presidente se encuentra en los cuarteles de la Guardia Republicana, pero se ha cortado toda comunicación suya con el exterior. No he podido hablar con él desde antes del golpe.

P. ¿Qué estrategia va a seguir la hermandad a partir de hoy?

R. Vamos a ir a todas las plazas de Egipto. Este es un golpe militar que no vamos a aceptar. Queremos que regrese el presidente electo.

P. ¿Y toda esa gente que se manifestó antes del golpe, pidiendo la marcha del señor Morsi?

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R. El hecho de que 12 millones de personas votaran por Ahmad Shafik [primer ministro en el régimen de Hosni Mubarak, derrotado por Morsi en las elecciones presidenciales de hace un año] y que este no ganara no les da derecho a salir a las calles para forzar su voluntad a los demás, ignorando las urnas. Eso no es democracia.

Beltagy, médico de profesión, ha sido un líder atípico en los filas de los Hermanos Musulmanes. Fue una de las voces que, desde ese grupo, más alto apoyó la revuelta contra Mubarak, y un asiduo en Tahrir en 2011. Previamente, entre 2005 y 2010 fue legislador en la bancada de la oposición al régimen de Mubarak, cuando la hermandad era acallada y perseguida. Tras la revuelta de 2011 fue elegido secretario general del Partido Libertad y Justicia.

P. La gente en la plaza de Tahrir dice que esto no es golpe. Debe haber oído sus cánticos.

R. ¿No es un golpe? ¿Se han parado a considerar esa gente quién controla el país ahora? El general Al Sisi es el líder, a pesar de ese bufón que ha puesto por presidente [el jefe del Tribunal Constitucional Adli Mansur].

P. ¿Cree que hay ahora una persecución de los Hermanos Musulmanes y otros movimientos islámicos?

R. Tras el golpe que le robó la legitimidad al presidente y a las urnas, están intentando reinstaurar el régimen opresor de Mubarak, con su estado policial. Están arrestando a líderes de la hermandad y tratando de romperla.

P. ¿Cree que obedece a un prejuicio contra los islamistas?

R. Es simplemente un golpe contra la democracia, que fue la que llevó al poder a los islamistas.

P. Si hay elecciones de nuevo, ¿se presentarán a ellas?

R. Bajo el régimen del golpe de Estado, no. No reconocemos este sistema y no trataremos con él.

P. Usted ha dicho que este golpe puede provocar violencia por parte de grupos islamistas que quieren responder.

R. Este es un gran revés a Egipto, después de un tiempo tan largo en el que se ha buscado la democracia. Parece ser que las urnas y las elecciones no tienen valor ninguno. Si la estructura de la democracia deja de funcionar, y esta ya no tiene valor alguno, algunas personas pueden pensar que la única opción es la violencia. Esos no son los medios de los Hermanos Musulmanes, pero hay otros grupos que siguen su propio camino.

P. ¿Qué le parece la respuesta de la comunidad internacional ante lo ocurrido esta semana?

R. La mayoría de la comunidad internacional se ha puesto claramente de parte del golpe. Ha decidido ignorar que esto es un golpe de Estado contra la democracia, contra las instituciones elegidas por las urnas. No se ha dado cuenta de la gravedad de la situación, del peligro que esto entraña. Han dejado que se expulse a los representantes legítimos. Este golpe de Estado deja la puerta abierta a la violencia.

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