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La familia de Morsi acusa al Ejército de “secuestrarlo”

Al menos cuatro muertos en enfrentamientos entre partidarios y detractores del golpe de Estado

Osama Morsi, hijo del depuesto presidente egipcio, en rueda de prensa.
Osama Morsi, hijo del depuesto presidente egipcio, en rueda de prensa.A. ASSADI (EFE)

La familia del presidente depuesto de Egipto, Mohamed Morsi, acusó ayer al ejército de “secuestrar” al líder político, que se encuentra detenido e incomunicado en paradero desconocido desde la noche del golpe de Estado, el pasado 3 de julio. La familia de Morsi anunció también, en conferencia de prensa, su intención de emprender acciones legales contra las nuevas autoridades del país.

“Vamos a emprender acciones legales a nivel local e internacional contra Abdel Fatah al Sisi, el líder del sangriento golpe militar, y su grupo de golpistas”, añadió su hija Shaimaa Mohamed, que estuvo acompañada por dos de sus cuatro hermanos. En concreto, afirmó que solicitarán a la fiscalía del Tribunal Penal Internacional que abra una investigación.

Según ha publicado la prensa local, Morsi fue interrogado el pasado día 14 por un proceso abierto sobre su huída, junto con otros líderes de los Hermanos Musulmanes, de la prisión de Wadi Natrun durante la revolución egipcia, en 2011. Varios responsables de la cárcel han declarado que Morsi fue liberado por un grupo armado, probablemente, perteneciente a la milicia palestina Hamás. Sin embargo, el ex rais islamista no ha sido formalmente acusado de ningún cargo.

“Lo que está sucediendo es una violación de los derechos humanos y un escándalo en todos los sentidos de la palabra”, denunció Osama, otro de los vástagos. Varios países, entre ellos EE UU y Alemania, además de Catherine Ashton, la responsable de la política exterior de la UE, han pedido públicamente su liberación a las autoridades egipcias, que se han limitado a asegurar que se encuentra “en un lugar seguro” y que está siendo tratado correctamente.

Lo que está sucediendo es una violación de los derechos humanos y un escándalo en todos los sentidos de la palabra

La semana pasada, Amnistía Internacional hizo público un informe en el que mostraba su preocupación por la vulneración de los derechos de Morsi y de los otros líderes de la Hermandad detenidos, pues su situación legal es confusa. Además, Amnistía denunció haber recogido testimonios de militantes islamistas que fueron arrestados durante las últimas semanas y que han declarado haber sido sometidos a palizas y descargas eléctricas en las dependencias policiales. La organización solicitó a las autoridades mayor transparencia en los procedimientos legales y una investigación sobre los posibles abusos.

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Ayer se produjeron nuevos enfrentamientos entre partidarios y detractores del ex presidente islamista. Las autoridades egicpcias confimaron el fallecimiento de tres personas al norte del país, en la provincia de Caliubia situada en el delta del Nilo y otra más en la plaza Tahrir, en la capital. En Tahrir, los incidentes tuvieron lugar a media tarde, cuando centenares de manifestantes islamistas se dirigían a la embajada de EE UU. No está claro cómo comenzaron los enfrentamientos, pero los sindicios apuntan a que los jóvenes antiMorsi, que ocupan Tahrir desde el día 30 de junio, temieron un intento de desalojarlos de la icónica plaza. Las fuerzas de seguridad actuaron con rapidez para dispersar a los acólitos de Morsi. Los altercados causaron al menos tres muertos y una treintena de heridos.

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