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El presidente Putin y el patriarca Kirill, a la conquista de Ucrania

El mandatario ruso afirma que ucranianos y rusos, en tanto que herederos de los mismos valores, son “un solo pueblo"

Pilar Bonet
El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, y el presidente Vladímir Putin, el jueves en Moscú.
El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, y el presidente Vladímir Putin, el jueves en Moscú.Sasha Mordovets

El presidente Vladímir Putin y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill, lideraron el sábado en Kiev la cruzada político-religiosa para anclar a Ucrania en el ámbito de influencia de Moscú. La unidad en la fe cristiana ortodoxa, originada hace 1025 años por el bautizo del príncipe Vladímir de Kiev, y las ventajas de la integración económica, sobre todo un suministro más barato del gas ruso, son los instrumentos morales y materiales empleados por Rusia en el intento de evitar que Ucrania escore hacia Occidente y firme el próximo noviembre el tratado de asociación y libre comercio con la Unión Europea.

“La unidad espiritual es tan sólida que no está sometida a la acción de ninguna autoridad, ni estatal ni, me permito decir, eclesiástica. Por eso, mande quien mande, no puede haber una autoridad más fuerte que Dios”, dijo Putin a los jerarcas eclesiásticos ucranianos en Kiev. En esa ciudad, el jefe del Estado ruso asistió a una ceremonia en el monasterio de las Cuevas, junto al río Dnieper, y a otros actos relacionados con el 1025 aniversario de la Cristianización de Rusia, además de entrevistarse con su colega, el presidente Víctor Yanukóvich. Con este último las conversaciones proseguirán el domingo en Sebastopol, en la península de Crimea, donde se celebra el día de la Flota Rusa del mar Negro y donde el ruso quiere abordar las relaciones bilaterales en materia de seguridad.

En Kiev, Putin afirmó que ucranianos y rusos, en tanto que herederos de los mismos valores, son “un solo pueblo” y asistió a una conferencia dedicada a la disyuntiva de Ucrania entre los “valores ortodoxos y eslavos” o la integración occidental europea. En ella, Putin dijo que la economía de Ucrania solo puede ser competitiva si Ucrania se integra con Rusia. “Sólo uniendo nuestros esfuerzos podemos ser competitivos y ganar en esta dura competencia y tenemos base para pensar que podemos y debemos hacerlo”. El líder del Kremlin se mostró no obstante dispuesto a “respetar cualquier elección del pueblo ucraniano y del Estado ucraniano sobre el grado de participación en los procesos integradores en el espacio postsoviético”. La conferencia a la que Putin asistía había sido organizada por Víctor Medvedchuk, un partidario de la integración con Rusia que fue jefe de la Administración del presidente Leonid Kuchma.

Las ceremonias de Kiev culminan el domingo y en ellas participa una quincena de jerarcas eclesiásticos ortodoxos, entre ellos 9 patriarcas, incluidos el de Constantinopla, el de Alexandría y África y el de Jerusalén, y, además de Putin, otros tres jefes de Estado con importantes comunidades ortodoxas (Rusia, Moldavia y Serbia). El patriarca ruso, Kirill, llegó junto con sus invitados en un tren especial que portaba además la cruz de San Andrés, prestada por los ortodoxos de Grecia para las celebraciones. También el sábado llegó a Kiev un vagón-iglesia que durante casi dos meses ha cruzado el continente euroasiático desde Vladivostok, en el Pacífico, portando a bordo un icono con las reliquias del príncipe Vládimir.

En Ucrania hay tres iglesias ortodoxas, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, dependiente del patriarcado de Moscú, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Kiev, que es el producto de una escisión de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y la Iglesia Autocéfala. Los festejos bajo la égida de los ortodoxos rusos han causado malestar en círculos nacionalistas y también liberales. Unas cincuenta personas del partido nacionalista de derechas “Svoboda” salieron a la calle con una pancarta desafiando la prohibición municipal de actos y manifestaciones durante las celebraciones del 1025 aniversario. En vísperas de las celebraciones, el politólogo Víctor Sviatsky, considerado uno de los ideólogos de la organización Femen, fue salvajemente golpeado cuando regresaba a su casa el 24 de julio. Las activistas de Femen, cuyos senos desnudos ya sorprendieron al patriarca Kirill durante otra visita a Ucrania y también a Putin este año en Alemania, no se cruzaron el sábado con los festejos. El movimiento, especializado en el uso del cuerpo a modo de provocación, denunció el sábado que tres de sus activistas y una periodista fueron agredidas cuando salían de su domicilio para protagonizar un acto de protesta contra el “aquelarre” de la Cristianización de Rusia, según informó Ukrainskaya Pravda. Según esta fuente, las activistas y un fotógrafo fueron golpeados y obligados a meterse en coches que los llevaron en dirección desconocida. Las activistas relacionan estos sucesos con la visita de Putin y Kirill a Kiev. La policía de la capital admitió las detenciones, pero dijo que estas se habían producido cuando las mujeres eran fotografiadas desnudas en un espacio público. Antes, Femen denunció que otra activista, Anna Gutsol, fue golpeada en la escalera de su domicilio por un hombre de complexión fornida que le propinó un puñetazo en el rostro.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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