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Un sacerdote brasileño excomulgado por defender a los gais acude a la justicia civil

Animado por las palabras del papa, Roberto Francisco Daniel denuncia a la diócesis que lo expulsó en abril por sus ideas sobre los derechos de los homosexuales

Juan Arias
Francisco confiesa a un joven en el parque de Quinta Da Boa Vista (Río de Janeiro) el pasado 26 de julio.
Francisco confiesa a un joven en el parque de Quinta Da Boa Vista (Río de Janeiro) el pasado 26 de julio.OSSERVATORE ROMANO / HANDOUT (EFE)

Estimulado por la afirmación del papa Francisco en favor de los gais, el sacerdote brasileño, Roberto Francisco Daniel, excomulgado por el obispo de la diócesis de Bauru (Estado de São Paulo) por haber defendido públicamente a los gais y criticado la postura de la Iglesia al respecto, ha decidido acudir a la justicia.

Autor del libro Verdades prohibidas, que acaba de salir en Brasil, el sacerdote de 48 años ha puesto un recurso a la justicia civil contra la excomunión que le obligó a dejar el ejercicio sacerdotal el pasado mes de abril.

“Me trataron como a un adolescente. Fui expuesto públicamente. No me dieron ni el derecho a la defensa”, afirma el sacerdote al diario Folha de São Paulo, y señala que su denuncia no es contra la Iglesia Católica sino contra la diócesis que lo excomulgó por sus ideas sobre los gais en la comunidad cristiana.

Por su parte, los responsables por su excomunión afirman que el sacerdote negó lo que había prometido en su ordenación: "fidelidad al magisterio de la Iglesia y obediencia a sus legítimos superiores”, palabras que reflejan el viejo lenguaje inquisitorial eclesiástico.

Por su parte, el sacerdote no había querido retractarse de sus afirmaciones en defensa de los homosexuales. Ahora coloca a sus superiores de entonces frente a la reciente afirmación del papa Francisco: ”Si una persona es gay y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla?”, que confirmarían lo que él defendía cuando fue excomulgado y por lo que fue alejado de su parroquia.

“Quiero ahora denunciar que ninguna institución, ni siquiera la Iglesia, debe tratar a una persona como me trataron a mi”, afirma.

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Según los acuerdos entre el Vaticano y el gobierno de Brasil, la Iglesia está obligada a acatar las leyes del país. Por ello, si la justicia diera razón al sacerdote contra la diócesis se plantearía la espinosa cuestión de si deberá o no el obispo levantar la excomunión que pesa sobre el sacerdote.

Es posible, sin embargo, que ante las palabras del papa Francisco que defiende la libertad de recibir los sacramentos a los gais, sea el obispo mismo quién se plantee la readmisión y quite la excomunión infligida a su sacerdote rebelde.

Son tiempos nuevos para la Iglesia tradicional, que necesitará ir asimilando la novedad franciscana y libertadora del nuevo obispo de Roma.

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