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Israelíes y palestinos retoman las negociaciones en Jerusalén

EEUU acelera los contactos de última hora para evitar el fracaso de las incipientes conversaciones

Palestinos celebran en Erez la liberación de presos, el martes por la noche.
Palestinos celebran en Erez la liberación de presos, el martes por la noche.MAHMUD HAMS (AFP)

Hoy es el día. Marcado en rojo. 14 de agosto. A última hora de la tarde se retomaron los contactos directos entre israelíes y palestinos lejos de los flashes de Washington. Hoy deben verse en Jerusalén los equipos que han de negociar la paz, pero a esta hora las palabras que dominan el ambiente son amargura y escepticismo. El anuncio de Israel, en apenas ocho días, del permiso para levantar más de 3.300 nuevas casas en suelo ocupado palestino ha llevado a su contraparte a hablar de práctico bloqueo del proceso. El presidente palestino, Mahmud Abbas, pelea contra no pocos de sus asesores, pero quiere que sus negociadores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) acudan a la cita de esta tarde, aún sin hora conocida, de la que se desconoce incluso qué temas esenciales se tratarán en primer lugar. “Aún podemos sacar algo bueno”, indican fuentes del equipo. Pero el malestar por las colonias es tan importante que el mediador norteamericano, Martin Indyk, y su segundo, Frank Lowenstein, están haciendo una ronda de emergencia para suavizar los ánimos. Anoche se entrevistaron largamente con Abbas y hoy esperan hacerlo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

EE UU, a través del secretario de Estado, John Kerry, dijo ayer que espera que los asentamientos no sean finalmente un “contratiempo” para la paz. Confesó que su Gobierno tenía cierto conocimiento de los pasos que quería dar Israel. Anoche, Kerry telefoneó a Netanyahu para decirle que "hubiera preferido” que no hiciera estos anuncios, pero el primer ministro israelí "fue muy franco y directo, dijo que esas nuevas construcciones ya estaban programadas y aseguró que no tendrán impacto alguno en el proceso de paz", señaló desde Brasil.

Las palabras que preceden al esperado encuentro, que acaba con tres años de lejanía, no son prometedoras. El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, ha expresado sus profundas dudas sobre la posibilidad de un avance. “Nos hemos fijado una meta de nueve meses para llegar a algo con los palestinos (…) Hemos estado tratando de hacerlo durante 20 años, desde Oslo. El escepticismo en el tono de mis palabras es evidente, pero hemos decidido darle una oportunidad al proceso”, ha afirmado al diario The Jerusalem Post. Yasser Abed Rabbo, un destacado líder palestino, ha insistido, por su parte, en que “esta expansión de asentamientos no tiene precedentes y se produce en un momento en el que se espera seriedad y compromiso con el proceso de paz. Israel amenaza con hacer estallar todo el proceso antes de empezar siquiera”, se lamenta.

Tras el anuncio, ayer, de 942 nuevas viviendas en el barrio-asentamiento de Gilo, al sur-este de Jerusalén, los palestinos se escandalizaban. Por contra, el ministro de Vivienda de Israel, Uri Ariel, del ultraconservador Hogar Judío, echaba más leña al fuego, ya de por sí importante. “Vamos a construir miles de viviendas el próximo año en Judea-Samaria [Cisjordania]. Nadie dicta dónde podemos construir”, dijo a la radio pública israelí. EEUU entiende que son los aliados más radicales los que están llevando a Netanyahu a este sprint de permisos, poco conciliador.

El encuentro de hoy se produce horas después de que, en la medianoche pasada, 26 presos palestinos fuesen liberados. Son los primeros de un grupo de 104 que, si avanzan los contactos, regresarán a casa en los próximos nueve meses. Los primeros excarcelados recibieron la bienvenida de su familia y autoridades, tras un recibimiento cálido, lleno de consignas y banderas, esperado desde que Israel comprometiese su suelta hace 14 años. Entre los ya libres había 17 reclusos que cumplían cadena perpetua por la muerte de israelíes.

En paralelo a esas horas alegres, la cara grave de Gaza. También allí se recibía a parte de los presos, 15, pero casi a la misma hora, dos cohetes eran lanzados contra suelo israelí, hacia la zona de Sderot. No causaron daños, pero Israel respondió de inmediato con un ataque de su Fuerza Aérea, con F-16, contra dos puntos del norte de la franja donde supuestamente se encontraban sendos puntos de lanzamiento de proyectiles. Israel ha culpado directamente a Hamás, al frente del Gobierno gazatí, aunque sea por permitir la actividad de otras milicias. Hamás e Israel mantienen un acuerdo de alto el fuego desde la Operación Pilar Defensivo de noviembre pasado.

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