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La onda expansiva de Egipto llega a Marruecos

Mohamed VI fue de los primeros en felicitar al nuevo presidente egipcio Los islamistas marroquíes reprobaron el golpe

Shirine Abdelouahab no pudo acabar su actuación el pasado fin de semana. La célebre cantante egipcia se vio obligada a abandonar el escenario ante un público que le pitaba y vociferaba "¡Lárgate!". No le perdonaba haber gritado "¡Larga vida a Al Sisi!", el general egipcio que dio el golpe de Estado, aunque también añadió, para atenuar el impacto de su primer eslogan, "¡Viva Marruecos!"

El incidente en pleno festival "Voces de mujeres" de Tetuán, narrado con todo detalle por el diario digital marroquí H24 Info, muestra que la onda expansiva del conflicto egipcio ha llegado hasta Marruecos. Antes incluso de que Shirine se subiese al estrado el ambiente le era ya tan hostil que optó por renunciar a dar une rueda de prensa.

El rey Mohamed VI fue de los primeros en felicitar al nuevo presidente egipcio, Adli Mansur, que sustituyó al derrocado Mohamed Morsi, perteneciente a los Hermanos Musulmanes. Todos los islamistas marroquíes reprobaron, en cambio, el golpe del 3 de julio y se indignaron cuando empezó la represión de sus correligionarios, a partir del 14 de agosto.

En la manifestación que convocaron el 18 de agosto, y que fue tolerada por las autoridades, participaron en Rabat más de 10.000 personas –hombres y mujeres por separado-, más que las que se concentraron en la capital o en Casablanca para protestar por el indulto real al pederasta español Daniel Galván.

A ella asistieron miembros destacados del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), la formación islamista moderada que dirige el Gobierno, dirigentes salafistas excarcelados en 2011 y, sobre todo, militantes de Justicia y Caridad, el gran movimiento islamista ilegal, pero a veces tolerado.

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No participó, en cambio, ningún ministro islamista, ni siquiera el de Justicia, Mustafa Ramid, que días antes había tachado de "horrible carnicería" lo sucedido en El Cairo. Fue el único ministro del PJD que se atrevió a arremeter contra los militares egipcios que sí fueron criticados por, entre otros, el presidente del grupo parlamentario islamista en el Parlamento, Abdalá Bouanou. "Son matanzas odiosas que exponen la realidad del engaño que ha sido la revolución (...) en la que los militares han tomado las riendas del poder", denunció.

Estas actitudes aparentemente discrepantes entre ministros y dirigentes sin cargos del PJD ilustran la incómoda situación que atraviesa este partido en el que aquellos que asumen responsabilidades gubernamentales no se atreven a expresarse sobre Egipto ni a reaccionar tampoco a las críticas que Mohamed VI formuló, el 20 de agosto. El PJD ostenta la mayoría relativa en el Parlamento y desempeña la mitad de las carteras ministeriales.

El rey arremetió en un discurso, hace seis días, contra los planes del PJD en materia de educación. De nuevo en esta ocasión varios responsables del partido islamista y Justicia y Caridad rechazaron públicamente las críticas del monarca, pero ningún miembro islamista del Gobierno ha osado contradecir o defenderse de los reproches del soberano.

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