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Opciones militares para intervenir en Siria

El movimiento de los destructores hacia el Mediterráneo Oriental indica el lanzamento inminente de misiles

Dos barcos de guerra estadounidenses, el 3 de agosto.
Dos barcos de guerra estadounidenses, el 3 de agosto. US Navy (EFE)

Washington y sus aliados en Europa y Oriente próximo ya han tomado la decisión de lanzar un ataque contra Siria. La intervención inminente podría empezar este jueves y durar varios días, según han anunciado oficiales del Gobierno de EE UU. Una vez que la maquinaria militar ya ha empezado a rodar cabe preguntarse cómo asestará el golpe al régimen de Damasco, qué recursos movilizará para ello y cuáles serán los trampolines desde donde saltará sobre el país árabe.

Expertos citados por la agencia Reuters indican que la opción más probable es que el ataque se produzca con misiles de crucero —ocasionalmente también aviones no tripulados, los conocidos drones— lanzados desde buques de superficie y submarinos en el Mediterráneo. Los destructores estadounidenses cargan misiles Tomahawk, capaces recorrer 1.600 kilómetros cargados con media tonelada de explosivos convencionales. Cada uno de estos artefactos puede costar, según el modelo de que se trate, hasta 1,5 millones de dólares (1,1 millón de euros). Por otra parte, el uso de aviones no parece una opción viable, ya que Siria tiene una gran capacidad antiaérea que está prácticamente intacta. El control de los cielos en el país árabe seria difícil de mantener, a diferencia de lo ocurrido durante los bombardeos de la OTAN en Libia de 2011.

“El gobierno de Obama es muy resistente a iniciar una guerra a gran escala, por lo que no habrá soldados, ni aviones lanzando bombas sobre Siria. Los misiles serían una respuesta proporcional al hecho que el régimen de Asad ha usado armas químicas”, señala Ward Carrol, comandante retirado de la marina de los EE UU y actualmente editor de un sitio web especializado en temas militares.

Según Carrol, los misiles serían dirigidos contra blancos militares. “Los objetivos principales serán la infraestructura, como campos de aviación, estaciones de radar, torres de transmisión y cuarteles generales". Los objetivos podrían ser elegidos para prevenir el uso futuro de armas químicas, pero el enfoque de la intervención difícilmente se restringirá a esto, según Carrol. De la misma opinión es Jeffrey White, del Instituto de Washington para la Política de Oriente Próximo, según recoge France Presse. "Los objetivos deben incluir los cuarteles generales, en la región de Damasco, y los cuarteles de la Cuarta División Blindada y la Guardia Republicana —mandada por Maher el Asad, hermano del presidente sirio—, dos unidades muy implicadas en el bombardeo de zonas civiles".

El general francés Vincent Desportes, exdirector de la Escuela de Guerra de París, explica, según recoge la agencia francesa, que "los ataques serán más simbólicos que militares. Occidente tiene que recuperar su credibilidad de alguna forma", especialmente, señala, con vistas a Irán. Para Christopher Harmer, analista naval del estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra, los ataques con misiles son precisos, pero no tienen una capacidad destructiva extraordinaria. "No pueden eliminar los productos químicos y solo reducen temporalmente la capacidad para llevar a cabo operaciones".

Mediterráneo oriental

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Cuatro destructores de la Marina de Estados Unidos se dirigen hacia el Mediterráneo Oriental. Son los buques Ramage, Mahan, Gravelly y Barry, que miden unos 150 metros de eslora y van cargados con misiles guiados. Les acompaña un submarino con misiles de crucero.

En la isla de Chipre, a unos 200 kilómetros de la costa siria, hay una base aérea de la RAF (Royal Air Force) de Reino Unido, concretamente en Akrotiri —parte sur o grecochipriota—y Dhekelia —zona norte o turcochipriota—.

Otro navío francés se dirige a la zona y el portaaviones francés de propulsión nuclear Charles De Gaulle, buque insignia de la Marine Nationale, que está atracado en el puerto mediterráneo de Toulon, puede dirigirse hacia allí en cualquier momento. Mide 260 metros de eslora y a bordo lleva una docena de cazas Raffale y una veintena de cazas Super Étendard, capaces de volar a casi 14 kilómetros de altitud y armados con misiles exocet, como los que durante la guerra de las Malvinas hundió el buque británico Sheffield y mató a 20 soldados.

Península arábiga

Estados Unidos tiene varias bases militares en la región. En Kuwait está la de Ali al Salem; en Bahréin la de Seikh Isha, y en Catar la de Al Udeid, donde hay bombarderos furtivos B-1 Lancer, aviones supersónicos cuatrimotores cuyas alas móviles pueden variar su geometría. Estos bombarderos estratégicos, que pueden costar hasta 280 millones de dólares cada uno (unos 210 millones de euros), participaron en la campaña contra Serbia de 1999, en el marco de la guerra de Kosovo.

Además, Francia y Estados Unidos tienen tropas en la base de Al Dhafra, en los Emiratos Árabes Unidos. En el Golfo pérsico opera un grupo de tareas dirigido por el portaaviones Nimitz, que navega impulsado por dos reactores nucleares y puede transportar 90 aeronaves entre aviones y helicópteros en sus 330 metros de eslora. En el Mar Rojo, entre la costa nororiental africana y la península arábiga, se encuentra otro grupo de combate liderado por el portaaviones Harry S. Truman, de la misma clase que el Nimitz.

Turquía y Jordania

En la base aérea de Incirlik, en Turquía, así como en Izmir, Estados Unidos posee baterías de misiles Patriot. En Jordania hay otra base con el mismo equipamiento, mil soldados norteamericanos y un escuadrón de aviones caza F-16, en servicio en 26 países y que pueden volar al doble de la velocidad del sonido.

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