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Rusia manda barcos de guerra al Mediterráneo oriental

Moscú afirma que la situación les obliga a hacer "correcciones", aunque luego afirma que el cambio estaba "planificado"

El crucero ruso 'Moskvá', el martes en La Guaira (Venezuela), donde está en visita de cortesía.
El crucero ruso 'Moskvá', el martes en La Guaira (Venezuela), donde está en visita de cortesía.L. ACOSTA (AFP)

El Gobierno ruso considera necesario reforzar su presencia en el Mediterráneo ante los acontecimientos en Siria —donde tiene una base naval— por lo que enviará próximamente dos buques de guerra a la zona. "La situación en el Mediterráneo Oriental nos ha obligado a hacer algunas correcciones en la composición de la escuadra naval" rusa allí emplazado. Rusia tiene estrechos lazos con el régimen de El Asad.

Se trata de un gran navío antisubmarinos perteneciente a la flota del Norte, al que se le unirá el buque 'Moskvá' con misiles de crucero de la flota del Mar Negro, según dijeron fuentes militares a la agencia rusa Interfax. Además, en otoño, se unirá al grupo naval de Rusia en el Mediterráneo el crucero 'Variag', que también lleva misiles. Oficialmente, sin embargo, el ministerio de Defensa no habla de refuerzo de su grupo naval, sino de una "rotación planificada".

El Kremlin ya ha dicho que no piensa intervenir en el conflicto sirio, incluso si se produce el ataque contra el régimen de El Asad por parte de Estados Unidos y algunos de sus aliados. Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores, aseguró al respecto el lunes que Rusia "no piensa entrar en guerra con nadie", al tiempo que hizo un llamamiento para que se permitiera a los expertos de la ONU terminar su trabajo.

Estos especialistas están investigando el ataque químico ocurrido la semana pasada en las afueras de Damasco y del que Estados Unidos, Francia e Inglaterra culpan al gobierno sirio, mientras que Rusia considera que pudo ser obra de la oposición islamista. Subraya también Moscú que aunque esos países dicen tener pruebas, no las dan a conocer y recuerda que también antes de intervenir en Irak aseguraban tener pruebas, que luego resultaron falsas.

Pero las autoridades rusas no tienen muchas esperanzas de ser oídas y han comenzado a evacuar a sus ciudadanos que estaban en Siria, aunque dicen que no planean cerrar la embajada. El miércoles llegó un avión especial del ministerio de Situaciones de Emergencia con numerosas familias, en las que además de rusos, había ciudadanos de otros países de la Comunidad de Estados Independientes. Un portavoz del ministerio señaló que próximamente se enviará un avión para traer a las alrededor de 130 personas que aún quieren salir de Damasco con destino a Rusia. Normalmente, Moscú aprovecha los vuelos que hace a Siria con ayuda humanitaria para transportar en los vuelos de regreso a los que desean abandonar el país en guerra.

Las explosiones ocurridas en Irak el miércoles han sido relacionadas por Moscú con la situación en Siria e insisten que una intervención militar conducirá a una desestabilización aún mayor en toda la región. El viceministro de Exteriores Guennadi Gatílov declaró por su parte que los planes de acciones bélicas contra el gobierno sirio son "un desafío abierto contra los principios clave de la Carta de Naciones Unidas y contra otras normas del derecho internacional".

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