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El debate sobre la intervención fractura al parlamento francés

Ayrault reitera la importancia de una respuesta contundente al ataque químico sirio

La Asamblea Nacional y el Senado franceses han debatido este miércoles la iniciativa del presidente de la República, François Hollande, de lanzar una operación militar contra el régimen de Bachar el Asad para castigar el empleo de armas químicas, que París considera probado, en el ataque del 21 de agosto contra un barrio de Damasco. La sesión, bronca a ratos, ha revelado la profunda fractura que Siria ha producido en las fuerzas políticas francesas. La izquierda ha apelado a razones morales para atacar a Bachar el Asad y la derecha ha invocado el derecho internacional.

En nombre del Ejecutivo, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, ha exhortado a los grupos a la unidad nacional, ha dicho que “la elección es actuar o resignarse”, y ha subrayado que “la gravedad de la amenaza asociada al empleo de armas químicas obliga a Francia a reaccionar”. Los conservadores han respondido enseñando los colmillos; han acusado a Hollande de ir “a remolque” de Obama y han exigido al presidente que convoque una votación del Parlamento antes de intervenir en Siria sin el aval de las Naciones Unidas.

En realidad, la sesión informativa extraordinaria del Parlamento, convocada por Hollande el 28 de agosto, perdió gran parte de su significado original el sábado, cuando Barack Obama dio marcha atrás y decidió consultar con el Congreso de EE UU el ataque pactado con Hollande, después de que los Comunes rechazaran la propuesta de David Cameron.

El presidente francés contaba con que la operación militar se realizaría la noche del 31 de agosto, según ha revelado el semanario satírico Le Canard Enchaîné, pero las dudas de Obama le dejaron con el pie cambiado y a expensas de lo que decida el día 9 el Congreso estadounidense.

La negativa del presidente a que el Parlamento votara su propuesta, como en Londres y Washington, había contrariado a una parte de la oposición —la UMP estuvo hasta el martes dividida sobre la necesidad de votar—, y también a los Verdes, socios en el Gobierno, y a algunos diputados del PS. Y ayer se supo que un 74% de los ciudadanos desea que la acción militar sea precedida de un voto en el Parlamento.

A la espera de que Hollande se dirija a la nación en los próximos días, el primer ministro Ayrault intentó sin éxito convencer a la Asamblea Nacional de la necesidad de atacar Siria con o sin mandato de la ONU. Ayrault dijo que sería “deseable” actuar bajo una resolución del Consejo de Seguridad, pero añadió que es preciso ser realistas y contar con el bloqueo de Rusia y China.

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El primer ministro recordó que para los servicios secretos franceses y aliados es “una certeza” que El Asad usó armas químicas, y enfatizó que Francia no puede “dejar impune un recurso masivo a las armas químicas”. “No actuar sería cerrar la puerta a una solución política del conflicto”, dijo Ayrault, y equivaldría a poner “en peligro la paz y la seguridad de toda la región”.

El primer ministro aseguró también que París no enviará tropas terrestres. Francia “desea la marcha de El Asad, pero no piensa comprometerse en operaciones para derrocar el régimen”, enfatizó. Cuando insistió en que Francia no actuará sola y “unirá sus esfuerzos a los de otros socios”, varios diputados de la oposición gritaron: “¡¿Cuáles?!”.

Christian Jacob, el líder de la UMP en la Asamblea, recordó la posición de Jacques Chirac contra la invasión de Irak, denunció “el aislamiento de Francia en la UE”, y acusó a Hollande de no haber buscado el consenso político. Además, señaló que París va “a remolque” y se encuentra “en un atolladero diplomático y militar”, y manifestó que su partido se opondrá a cualquier intervención que se produzca sin el amparo de la ONU. Aunque Ayrault no descartó que el Parlamento pueda votar más adelante, Jacob le espetó: “De una forma o de otra, no podrán escapar a un voto”.

El centrista de la UDI Jean-Louis Borloo, el diputado más aplaudido por la oposición, sostuvo que mientras no haya “pruebas irrefutables” del ataque químico Francia no tiene derecho a atacar a El Asad, y pidió a Hollande que explore todas las vías diplomáticas, incluido un voto de la Asamblea General de la ONU para puentear el bloqueo del Consejo de Seguridad, antes de ordenar una operación “cuyas consecuencias nadie conoce”.

Para Borloo, “la época de las expediciones punitivas ha terminado”, y “no es posible lanzar un ataque preventivo sin tener una previsión de la solución política del día después, sin una coalición internacional amplia, sin el apoyo de Europa y sin el aval de la ONU”. El diputado centrista subrayó además que la operación pondrá en peligro a los más de mil soldados franceses desplegados en Líbano, “terreno de Hezbolá”, y sería irresponsable porque “nadie sabe cuál es la relación de fuerzas exacta entre los laicos democráticos de la oposición y los fundamentalistas”.

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