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Las inundaciones dejan atrapados a 40.000 turistas en Acapulco

El paso de la tormenta tropical 'Manuel' causa al menos 57 muertos en el Estado de Guerrero

Turistas a punto de ser evacuados por el ejército mexicano.Foto: atlas | Vídeo: Atlas / AP
Pablo de Llano Neira

El principal centro turístico de la costa Pacífico de México, el legendario puerto de Acapulco, se encuentra en estado de emergencia por el efecto de la tormenta tropical Manuel, que barrió la ciudad desde el jueves hasta este lunes por la tarde, cuando empezaron a remitir las lluvias.

La ciudad está casi incomunicada. La autopista que la enlaza con México DF, su principal surtidor de turistas, está intransitable en el tramo final hacia Acapulco por culpa de los desprendimientos de barro y de piedras sobre la carretera, y las autoridades esperan poder reabrirla por completo el viernes. El aeropuerto ha estado cerrado desde el lunes por la mañana, y apenas este martes a las diez de la mañana se ha logrado restablecer un puente aéreo con la capital para tratar de transportar en vuelos comerciales a los cerca de 40.000 turistas que se han quedado atrapados en Acapulco. Por la noche habían sido trasladados por esta vía a la capital unos 2.750 pasajeros, contando con los vuelos para turistas que también está realizando el Ejército desde una base militar cercana.

Pero el grueso del daño lo han sufrido los locales, y la magnitud de los perjuicios está todavía por conocerse con certeza. Este martes por la noche en todo Guerrero había unos 12.000 vecinos en albergues. En este Estado, que incluye a Acapulco, ya se cuentan 57 muertos y al menos un cuarto de millón de afectados. El presidente Enrique Peña Nieto se trasladó el lunes a Acapulco y ordenó que de inmediato se destinase parte del Fondo de Desastres Naturales a atender a la ciudad.

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Además este martes por la tarde se ha registrado el saqueo de un supermercado en Acapulco. Soldados de la Marina han tenido que intervenir. Les han quitado los productos de valor, como electrodomésticos, y les han permitido llevarse alimentos.

Por la mañana un sacerdote de una parroquia de Acapulco, el padre Jesús Mendoza, explicaba por teléfono cómo estaban las cosas. “La ciudad está varada en muchos aspectos y toda la población está volcada en atender a los afectados”. Mendoza vive en una parte alta de la ciudad y dice que gracias a eso no ha tenido los graves problemas que han tenido en la zona baja, donde según él, en áreas pantanosas, las inundaciones han llegado hasta los tres metros de altura. El cura tiene 61 años y lleva 20 en Acapulco. Asegura que en todo ese tiempo jamás había visto algo parecido. “Hemos tenido huracanes, pero no tantos días seguidos y en estas proporciones”, explicó el padre Mendoza.

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Desde el hotel Mirador, uno de los más conocidos de la ciudad, el gerente Melchor González contaba cómo desde el jueves pasado hasta ayer por la tarde la lluvia había caído de forma continuada. “No paró hasta ayer. Dejaba de llover cinco o diez minutos y volvía a venirse la lluvia. A ratos intensa, a ratos leve, pero no paró. Fue algo similar a un diluvio”. El Mirador también está en una zona elevada y no ha sufrido más que cortes de luz y entradas de agua en las habitaciones. González afirma que ha oído que en la zona baja se han inundado hoteles, pero dice que no lo sabe con seguridad porque hasta hace poco no han recuperado la línea de telefonía celular y siguen casi aislados. “El Gobierno nos ha pedido que de momento no salgamos de aquí”, dijo el gerente del hotel. Él se encontraba tranquilo porque veía que el mal tiempo estaba yéndose. “El cielo está nublado pero no llueve. Ya está pasando, gracias a Dios”.

El renombre de Acapulco, y si situación crítica, han colocado a la ciudad en el centro de atención, pero la tragedia se extiende por Guerrero y su dimensión aún es incierta. Las zonas conurbadas de Acapulco son las más afectadas y todavía no hay una evaluación precisa de los daños y un control total de las víctimas. Se trata de barrios de construcciones precarias asentados sobre cerros con peligro de corrimientos de tierra. Y ese peligro es si cabe mayor en los pueblos de la sierra, más allá de Acapulco. Los efectos que han tenido las lluvias torrenciales de la tormenta Manuel en las zonas rurales de montaña son en estos momentos la mayor incógnita. Este martes por la tarde, un día después de visitar Acapulco, el presidente Peña Nieto acudió a la capital administrativa de la región, Chilpancingo, en donde afirmó que se desarrollará un programa de reconstrucción de viviendas e infraestructuras para Guerrero, donde 56 municipios ya han hecho la declaración oficial de desastre.

Los datos del golpe del ciclón en Guerrero son abultados. Aparte de los muertos de los que habla el Gobierno estatal, se estima que el número de afectados podría alcanzar, en todo el Estado, cerca de medio millón de personas, aunque de momento los cálculos más prudentes lo reducen a alrededor de 250.000. El gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, ha dicho que para ayudar a la gente y recomponer infraestructuras es posible que se necesite una inversión cercana a los 400 millones de dólares. Según ha informado el mandatario, las clases han sido suspendidas este martes en las zonas afectadas por las lluvias para garantizar la seguridad de los alumnos.

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