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China alivia la escasez de efectivo de Venezuela

Pekín concede a Caracas 5.000 millones de dólares para apuntalar la economía

Caracas -

De regreso de una gira de cuatro días por China, el miércoles por la noche el presidente Nicolás Maduro se vio obligado a justificar el estrechamiento —hasta alcanzar, según sus palabras, la categoría de ‘alianza especial’— de los nexos económicos entre la nación asiática y Venezuela. “Como decía el comandante Chávez”, recordó, “China es una superpotencia, pero no un imperio”.

Maduro habló en cadena nacional de radio y TV desde la planta de ensamblaje de automóviles Chery, una marca china que se comercializa en el mercado venezolano desde hace cinco años. El lugar aportaba un claro simbolismo para la ocasión, en la que el sucesor de Hugo Chávez al frente de la Revolución Bolivariana se dispuso a rendir cuentas de un itinerario que había previsto le tomaría 12 días, pero que concluyó abruptamente el miércoles en la madrugada, cuando aterrizó en Venezuela.

La gran noticia que traía en sus alforjas era la del dinero fresco para las arcas públicas venezolanas. Ratificó que se trataba de un desembolso de 5.000 millones de dólares por la parte china, con la que ya sumarían 50.000 millones los préstamos otorgados por el nuevo aliado estratégico. Quiso restar peso a las preocupaciones expresadas por dirigentes de oposición, en el sentido de que se estaría hipotecando el futuro del país al acreedor chino, y para ello apeló a un matiz: “Con China no tenemos endeudamiento, sino financiación”. Aseguró que las inyecciones de capital desde Pekín se hacen en las “las mejores condiciones del mercado” y que, en todo caso, 70% de lo recibido ya Caracas lo habría pagado a cargo de la factura petrolera.

En medio de una crisis económica sin precedentes, que incluye la mayor tasa inflacionaria del hemisferio occidental y la escasez crónica de bienes de consumo, Maduro se mostró ansioso por parecer portador de buenas nuevas alentadas desde China. Anunció la disponibilidad de recursos para construir, con participación de empresas chinas, un nuevo tramo de autopistas que conectara al occidente con el oriente del país. Al mismo tiempo hizo referencia a la implantación de un sistema de vigilancia nacional, que incluirá satélites, drones y circuitos cerrados de televisión, para combatir el crimen. El sistema se contrató a un proveedor chino.

Habló así mismo de proyectos de construcción de viviendas, de una nueva fábrica de autobuses, y de una nueva planta de electrodomésticos, todos con contrapartes empresariales chinas.

Según la prensa local, el creciente compromiso financiero del Gobierno chavista con Pekín ha levantado críticas y suspicacias entre sectores del propio oficialismo, entre los que se incluirían la oficialidad de las Fuerzas Armadas y voces disidentes del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

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Maduro pidió a sus seguidores “comprensión” para esta y otras medidas que, adelantó, pronto anunciará para enfrentar la guerra económica que, según sus palabras, se hace a su gobierno. En el plano económico se dijo, “dispuesto a todo. La burguesía lamentará haberme subestimado”.

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