EE UU está dispuesto a destruir el arsenal químico que abandonó en Panamá
El Departamento de Estado confirma que recibió la solicitud para destruir el arsenal de la isla de San José en mayo
Estados Unidos está dispuesto a atender la solicitud del gobierno panameño para limpiar el arsenal de armas químicas que dejó abandonado en la isla de San José, tras retirar su presencia militar del país centroamericano en 1999. Así se lo ha ratificado un portavoz del Departamento de Estado a EL PAÍS.
“Recibimos la comunicación formal de Panamá solicitando la destrucción de ocho tipos de armas químicas de origen estadounidense en la isla de San José en mayo”, ha señalado el portavoz del Departamento de Estado. “El Gobierno de EE UU está estudiando la petición y está dispuesto a resolverla de la manera más adecuada”. Este diario informaba este viernes de que el Pentágono había accedido a limpiar el arsenal abandonado en San José y que se había comprometido a hacerlo antes de final de 2013, pero que el cierre de la Administración había obligado a posponer los trabajos hasta 2014. EL PAÍS se ha puesto en contacto con el Departamento de Defensa para conocer el estado de los preparativos de esta operación pero no ha recibido respuesta hasta el momento.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Ejército de EE UU estuvo realizando pruebas y experimentos militares en la isla de San José con gas mostaza y otros agentes nerviosos en preparación para la invasión de Japón y la guerra de Vietnam. Esa isla, la segunda más grande del archipiélago de Las Perlas, en el Golfo de Panamá, a 80 kilómetros del canal, sirvió de base para prácticas bélicas de las tropas estadounidenses, de Canadá y de Gran Bretaña.
Durante mucho tiempo, Washington ha negado que las armas químicas sin detonar encontradas en la isla fueran propiedad del Ejército de EE UU, pese a que en 2001, especialistas de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas confirmaron que se trataba de material estadounidense abandonado tras la retirada de EE UU en 1999.
La proximidad geográfica de San José a las costas de Panamá, Costa Rica y Colombia y el hecho de que sea un importante polo de atracción turística ha desatado las alarmas de estos Gobiernos y de los grupos ecologistas ante el potencial riesgo de contaminación de la región por la presencia de este tipo de armas.
Finalmente, EE UU ha aceptado responsabilizarse de su destrucción. La parálisis de la Administración, ante la falta de acuerdo en el Capitolio sobre el presupuesto, ha dejado en suspenso, como tantos otros proyectos e iniciativas políticas, la ejecución de este compromiso.