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“La prioridad es la caza del hombre”

El experto en seguridad Mark Mazzetti explica el cambio de estrategia de la CIA

El Terrorista libio Abu Anas al Libi.
El Terrorista libio Abu Anas al Libi.AP

“La máxima prioridad de la CIA ya no es reunir información sobre Gobiernos en el extranjero, sino la caza del hombre”. Mark Mazzetti es corresponsal de seguridad nacional de The New York Times y autor de La guerra en las sombras (Crítica), relato basado en centenares de entrevistas con generales, espías, políticos y analistas en el que explica la metamorfosis sufrida por el espionaje estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

“En los días posteriores al 11-S el presidente Bush colocó a la CIA en el centro de la guerra secreta contra el terror”, recuerda Mazzetti. Entonces, una Administración conmocionada, relata el periodista, elabora un listado de objetivos encabezado por el líder de Al Qaeda, el saudí Osama bin Laden, a los que coloca el cartel de se busca y a cuya captura supedita el análisis estratégico de Oriente Próximo. Bush autoriza a la agencia localizar y asesinar terroristas en todo el mundo. Obama hereda tanto la lista como la estrategia cuando llega a la Casa Blanca en enero de 2009.

Esta estrategia “crea tantos enemigos como destruye”, advierte Mazzetti

A pesar de haber eliminado a Bin Laden el 1 de mayo de 2011 en Pakistán, mediante un comando Navy Seals, todavía quedaban deberes por hacer. Entre ellos, la detención, este fin de semana, del libio Abu Anas al Libi, considerado el máximo responsable de los atentados de 1998 contra las Embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en los que murieron 257 personas. Y el ataque, fracasado, contra Abdelkader Mohamed Abdelkader, uno de los líderes de Al Shabab, el grupo que asaltó el centro comercial Westgate de Nairobi.

El autor, premio Pulitzer de información internacional en 2009, señala que el modus operandi de la CIA en la guerra contra el terror ha pasado de la estrategia de la Administración Bush, que consistía en “detener a terroristas, llevarles a los centros secretos de detención e interrogarles para localizar a más terroristas”, al uso combinado de drones, aviones no tripulados empleados para localizar y tachar nombres de la lista. Leon Panetta, director de la CIA entre febrero de 2009 y junio de 2011, autorizó 216 ataques con drones en Pakistán que mataron a 1.196 personas, la mayor parte terroristas, pero también civiles, de acuerdo al instituto independiente de políticas públicas New America Foundation.

La doctrina Obama garantiza un coste humano y económico menor al despliegue de tropas y ha resultado exitosa al eliminar objetivos. Sin embargo, no es inocua. Esta estrategia “crea tantos enemigos como destruye”, advierte Mazzetti. Además, “rebaja los requisitos para ir a la guerra. Ahora es más fácil para EE UU llevar a cabo operaciones letales en los confines de la tierra que en cualquier otro momento de su historia”. Además, tras 12 años de lucha en la sombra, “el 60% de los miembros de la CIA se ha incorporado tras el 11-S y no conocen otro modo de operar”.

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