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La justicia china permite a Bo Xilai apelar su sentencia a cadena perpetua

El exdirigente, una estrella ascendente del Partido Comunista Chino, fue condenado por corrupción en el mayor escándalo político en décadas

Bo Xilai, el pasado 22 de septiembre.
Bo Xilai, el pasado 22 de septiembre. JINAN IPC (AFP)

El cierre definitivo del mayor escándalo político que ha vivido China en décadas tardará un poco más. El Tribunal Superior de la provincia nororiental de Shandong ha aceptado la apelación del exlíder chino Bo Xilai contra la condena a cadena perpetua que recibió el mes pasado por sobornos, malversación y abuso de poder. Bo había rechazado aceptar la decisión del juez en su juicio, celebrado en agosto en Jinan (capital de Shandong), y envió una apelación a la instancia superior, que, aunque ha sido admitida, es poco probable que anule el veredicto de culpabilidad. Sí podría, en cambio, desembocar en una reducción de la sentencia.

Durante su juicio, el exdirigente se defendió con ahínco –algo poco frecuente en los tribunales chinos-, se enfrentó al juez e insistió en que nunca violó la ley. El alto tribunal no ha dicho cuánto tiempo llevará estudiar la apelación, pero desde el punto de vista técnico tiene un plazo de dos meses.

Bo, de 64 años, fue encontrado culpable el 22 de septiembre de aceptar 20,4 millones de yuanes (2,46 millones de euros) en sobornos, malversar cinco millones de yuanes (603.000 euros) y abusar de su poder en relación con la muerte de un hombre de negocios británico antiguo amigo de la familia, Neil Heywood. Los fiscales aseguraron que intentó encubrir el asesinato de Heywood por parte de su esposa, Gu Kailai. Gu fue condenada en agosto de 2012 a pena de muerte con dos años de suspensión de sentencia, lo que en la práctica supone cadena perpetua.

Bo, que hasta su caída era secretario del Partido Comunista Chino en la municipalidad de Chongqing –la más poblada de China- y miembro del Politburó –organismo integrado por 25 personas-, se vio arrastrado por el asesinato de Heywood, en medio de la lucha de poder que precedió a la llegada de una nueva generación de líderes a la cúpula del PCCh en el congreso del partido celebrado en noviembre del año pasado.

Bo Xilai era una estrella ascendente y se perfilaba como uno de los integrantes del Comité Permanente del PCCh, que fue renovado en el congreso de noviembre. Carismático, con un buen pedigrí familiar y apreciado por muchos chinos, especialmente entre los más desfavorecidos, debido a sus políticas populistas neomaoístas, levantó el recelo en un sector del partido, que temía que su ambición desencadenara una división del PCCh. Según sus partidarios, sus rivales aprovecharon el escándalo del asesinato del británico por su esposa para quitárselo de encima.

La decisión de apelar añade un nuevo capítulo al proceso. Desde la caída de Bo hasta su procesamiento pasó un año y medio, entre especulaciones de que las diferentes facciones del partido al más alto nivel no se ponían de acuerdo sobre cómo manejar el caso.

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