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Marina Silva es la principal rival de Rousseff en las presidenciales de 2014

La ecologista, que anunció su afiliación al PSB esta semana, obligaría a la presidenta brasileña a una segunda vuelta

Juan Arias
La ecologista Marina Silva.
La ecologista Marina Silva.Fernando Bizerra Jr. (EFE)

La única adversaria capaz de llevar a la presidenta brasileña Dilma Rousseff a una segunda vuelta es la ecologista Marina Silva, según un sondeo de Datafolha sobre las presidenciales de 2014 difundido hoy.

De no presentarse Silva a la contienda, Rousseff ganaría sin problemas en la primera vuelta a sus dos principales contendientes: Aecio Neves del Partido Socialdemocrático de Brasil (PSDB) y Eduardo Campos, del Partido Socialista de Brasil (PSB). La presidenta obtendría el 42% de los votos mientras que Neves un 21% y Campos un 15%.

Pero de competir la ecologista, que anunció su afiliación al PSB esta semana, y el veterano José Serra en el lugar de Neves, el panorama cambia. La mandataria debería disputar una segunda vuelta pues tendría el 37% de los votos frente al 28% de Silva y el 20% de Serra.

El problema es saber si Silva, que al afiliarse al PSB de Campos debería de presentarse como la candidata a la vicepresidencia con el socialista, no presionará al partido para que la lleve a ella como número uno de la lista. Y en el PSDB, si Serra continúa presentando mayor fuerza que el candidato hasta ahora oficial —Neves—, también podrían cambiar las previsiones.

En el interior del Partido de los Trabajadores (PT), hoy en el Gobierno con Rousseff, se prevé que las elecciones de 2014 sean las más reñidas de los últimos 20 años.

Según Datafolha, un 23% afirma que no sabe a quién votará o que anulará su voto. En una hipotética segunda vuelta, Rousseff aún derrotaría a Silva por un 47% sobre un 41%. En otros escenarios, la presidenta ganaría a Neves por un 54% frente un 31% y a Campos con un 41% sobre un 28%.

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El año que resta para las elecciones presidenciales es una eternidad, señalan los expertos. Además, en el caso de Brasil, queda en el aire la amenaza de nuevas manifestaciones tanto por el Mundial de Fútbol como por las mismas elecciones.

Por primera vez, por ejemplo, desde que el PT asumió el poder de la mano de Luiz Inácio Lula da Silva en 2003, Rousseff ha recibido abucheos en actos públicos. La mandataria hasta ahora ha sabido desenvolverse bien y ha dicho que las críticas forman parte de la democracia. También sabe que el Brasil después de las manifestaciones de junio pasado ya no es el mismo. Es más protestón.

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