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Noruega estrena Gobierno con siete carteras en manos de la derecha populista

El Partido del Progreso recibe los importantes ministerios de Finanzas, Petróleo y Asuntos Sociales

Naiara Galarraga Gortázar
La líder conservadora, Erna Solberg (derecha) y la líder del Partido del Progreso, Siv Jensen, abandonan el palacio real de Oslo tras presentar su Gobierno al rey Harald.
La líder conservadora, Erna Solberg (derecha) y la líder del Partido del Progreso, Siv Jensen, abandonan el palacio real de Oslo tras presentar su Gobierno al rey Harald.D. S. L. (AFP)

La principal novedad del Gobierno que estrena esta mañana Noruega no es que lo encabece una mujer, que sea paritario (nueve ministras y nueve ministros), ni siquiera que un buen puñado de ellos sean treintañeros. Lo inédito es que incluya en la coalición al Partido del Progreso (FrP), formación populista y de derechas con la que hasta ahora ningún mayoritario había querido compartir el poder. La nueva primera ministra, Erna Solberg, de 52 años y líder del Partido Conservador, ha entregados a su socio minoritario siete de las 17 carteras, incluidos ministerios clave como Finanzas, Petróleo y Asuntos Sociales.

El nuevo Ejecutivo en minoría ha prometido bajar impuestos (y eliminar el de sucesiones), disminuir la dependencia del sector petrolero, aumentar la inversión en construcción de infraestructuras y endurecer la política hacia los inmigrantes en ese país donde casi el 13% de la población es de origen extranjero (la mitad de ellos no europeos). Los socios de Gobierno han acordado imponer un examen obligatorio de lengua noruega y educación cívica (incluida la igualdad entre mujeres y hombres) a quien quiera obtener la ciudadanía, acelerar las deportaciones de aquellos a los que denieguen el asilo y a los sin papeles que cometan delitos.

La impronta del Partido del Progreso en las políticas gubernamentales también se traducirá en una mayor presencia policial en las calles y en que los agentes vayan armados (algo casi inédito hasta ahora) en las zonas en las que ellos mismos lo consideren pertinente.

El Partido del Progreso, del que el peor asesino noruego de las últimas décadas, el ultraderechista Anders Behring Breivik, fue militante durante varios años, ha intentado desvincularse de él desde el atentado que convulsionó el país hace dos años. Los dirigentes, que en ocasiones han realizado declaraciones abiertamente racistas, recalcan que no son “antiinmigración”, sino partidarios de “controlar mejor” la llegada de extranjeros y mejorar su integración.

Junto a Solberg –la segunda primera ministra tras la laborista Gro Harlem Bruntland--, Siv Jensen, líder del Partido del Progreso, de 44 años y nueva ministra de Finanzas, será la otra mujer fuerte del Gabinete. La conservadora Solderg, que ganó las elecciones el pasado 9 de septiembre, ha fracasado en su intento inicial de incluir en el Ejecutivo también a dos partidos centristas minoritarios. Finalmente, los liberales y los cristiano demócratas han preferido quedarse fuera del poder; ambos han pactado dar apoyo parlamentario puntual a la coalición.

El primer ministro saliente, Jens Stoltenberg, se convierte en el jefe de la oposición laborista tras ocho años al frente del Gobierno. En los escaños de su partido se sientan también tres jóvenes que sobrevivieron a la matanza en la que Breivik mató a 77 personas en Oslo y en campamento de las juventudes del Partido Laborista.

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El ministro del Petróleo es Tord Lien, un exparlamentario del Partido del Progreso. El de Exteriores es el conservador Borge Brende, de 48 años, que dirigió la Cruz Roja noruega. Una mujer de 37 años, Ine Marie Eriksen Soreide, también del partido mayoritario, será la titular de Defensa.

Las otras carteras que gestionará el derechista FrP son Justicia, Transportes, Agricultura y Infancia e Igualdad. Aunque ha cedido Finanzas y Petróleo a sus socios, los conservadores retienen Industria y Comercio, que se encarga de la mayoría de las empresas públicas.

Las jefas del partido conservador y del Progreso insistieron al presentar su acuerdo de Gobierno en su empeño en ampliar las libertades personales de sus compatriotas para que tengan mayor margen de decisión en asuntos como la atención sanitaria o a los mayores. Algunos de los cambios más visibles e inminentes serán la apertura de comercios los domingos y la apertura hasta más tarde de las tiendas estatales que venden bebidas alcohólicas.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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