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Bolsa Familia cumple 10 años con un gasto de 50.000 millones de dólares

La medida estrella para luchar contra la pobreza ha invertido 50.000 millones de dólares

Juan Arias
Vista de la favela del complejo de Alemán, en Río de Janeiro.
Vista de la favela del complejo de Alemán, en Río de Janeiro.M. SAYÃO (EFE)

En 2003, cuando el sindicalista Lula da Silva llegó a la Presidencia de la República, puso enseguida los ojos sobre el mar de millones de pobres brasileños. Para ellos creó el 20 de octubre de ese año el programa llamado Bolsa Familia, una ayuda económica de unos 50 dólares concedida a quienes ganaban menos de 30 dólares por mes.

Aquel programa social cumple ahora 10 años y llega a cerca de 14 millones de familias. Los que hoy reciben la Bolsa Familia son ya los hijos de los que habían empezado a disfrutar de aquella ayuda.

El primer Gobierno de izquierdas unificó en la Bolsa Familia toda una serie de beneficios que el expresidente Fernando Henrique Cardoso había ya creado aunque en una proporción menor. Entre ellos figuraba la Bolsa Escuela, una ayuda que se concedía a las familias más pobres bajo la condición de que enviaran a sus hijos a estudiar en vez de hacerlos trabajar. Fue aquel programa el que consiguió, por vez primera, que la asistencia escolar superara el 90% en la enseñanza primaria.

El programa llega a cerca de 14 millones de familias. Los que hoy reciben la Bolsa Familia son ya los hijos de los que comenzaron a disfrutarla

Lula extendió aquel beneficio y con él fueron concedidos a aquellas familias más necesitadas asistencia médica y conocimientos de sus derechos como ciudadanos. Fue el programa que ayudó a Lula a ser reelegido en 2006 a pesar de la presión que se había creado contra su Gobierno con motivo del escándalo del mensalão.

Nadie ha negado, ni siquiera desde la oposición, los beneficios que Bolsa Familia ha llevado a millones de familias con una clara mejora en los índices de educación, renta y mejor sanidad pública. Muchas de aquellas familias, gracias a ese conjunto de ayudas y al aumento del salario base, dieron el salto a la clase media baja.

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Hoy, a diez años de distancia, analistas políticos, sociólogos y economistas hacen balance de los pros y los contras de la Bolsa Familia. Las ventajas son conocidas por todos, a pesar de algunas críticas respecto a la organización de las ayudas, que a veces ha recaído en manos de brasileños que no la necesitaban, incluso políticos o familias de los mismos. También se ha temido que los beneficiarios de Bolsa Familia, para no perder sus derechos, dejasen de trabajar o prefirieran redondear la ayuda con trabajos esporádicos sin entrar en el mercado de trabajo oficial.

El resultado final, sin embargo, es innegablemente positivo y supone una de las principales conquistas de los 12 años de Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

Lo que hoy se discute, si acaso, es el hecho de que después de 10 años de Bolsa Familia, los que hoy siguen beneficiándose de ella son ya los hijos de aquellos que la habían recibido por primera vez. Eso significaría, según algunos sociólogos, que sigue viva una bolsa de pobreza constituida hoy por los hijos de las familias pobres de antaño.

Hay quién posturas que defienden que, en adelante, la ayuda de la Bolsa Familia se reduzca a aquellos casos de hogares que aún viven en la pobreza y hasta en la miseria y que a los hijos de los destinatarios de la vieja Bolsa Familia se les ofrezca más que una ayuda económica, posibilidades de estudios y de formación profesional en vez de continuar ofreciéndoles una ayuda que acabaría perpetuando la pobreza.

Se ha comprobado, en efecto, que no siempre aumenta el Índice de Desarrollo Humano (IDH) ni mejora la educación o la sanidad en las zonas en las que se han distribuido más ayudas.

La reflexión -a los 10 años de la positiva experiencia de Bolsa Familia -pasa por un examen despolitizado, incluso científico, de una experiencia que ha dado sus frutos, pero que quizás esté exigiendo ser repensada en un país donde la mayor urgencia es mejorar la calidad de la educación y ofrecer a millones de jóvenes sin profesión la posibilidad de abrirse ellos mismos camino en la vida.

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