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La entrada de petroleras europeas salva la subasta de la mayor reserva de Brasil

Un consorcio formado por Petrobras y compañías extranjeras gana la puja por un área de explotación de crudo frente a las costas de Río y São Paulo

PROTESTAS CONTRA LA SUBASTA. Barrera policial en la playa de la Barra de Tijuca, en Río de Janeiro.
PROTESTAS CONTRA LA SUBASTA. Barrera policial en la playa de la Barra de Tijuca, en Río de Janeiro.EFE

El consorcio formado por la anglo-holandesa Shell, la francesa Total, las chinas CNPC y CNOOC, y la brasileña Petrobras, ha ganado la primera gran subasta de petróleo organizada por Brasil desde el descubrimiento del presal, el área submarina frente a las costas de Río de Janeiro y São Paulo donde los expertos sitúan ingentes reservas de crudo y gas. Pese a que solo ha participado un consorcio y no ha sido necesario realizar más que una oferta para la adjudicación, la entrada de las dos compañías europeas ha salvado la subasta. El Gobierno brasileño temía que solo empresas estatales (como las dos chinas y la propia Petrobrás) pujaran por el yacimiento y con la entrada de las otras dos empresas privadas ha celebrado el resultado por todo lo alto.

Según la directora general de la ANP, Magda Chambriard, Brasil recaudará 300.000 millones de reales (casi 140.000 millones de dólares) en concepto de royalties que el Estado tiene previsto invertir en educación (75%) y salud (25%). “Un éxito mayor era difícil de imaginar. Estas empresas están entre las diez mayores del mundo en su valor en el mercado energético. Esto implicará un billón de ganancias para nuestro Gobierno en los próximos 30 años”, declaró Chambriard. Poco después de conocerse el resultado de la subasta, las acciones de Petrobras subieron un 5 % en la bolsa de valores de São Paulo.

Horas antes de iniciarse la subasta, la española Repsol, representada a través de su filial brasileña de capital hispano-chino Repsol-Sinopec, anunció su retirada de la carrera por Libra. La semana pasada la norteamericana Exxon y las británicas BP y BG también hicieron pública su decisión de no pujar en una subasta que desde hace meses ha despertado el interés de analistas y petroleras. El Gobierno brasileño esperaba una participación masiva, con alrededor de cuarenta empresas de varios países y varias rondas de ofertas, pero al final los interesados se redujeron a diez, entre ellos la propia Petrobras.

El consorcio deberá entregarle al Estado el 41,65% del petróleo que consiga bombear

La subasta, celebrada en un conocido hotel del barrio residencial de Barra de Tijuca, estuvo rodeada de un fuerte dispositivo de seguridad, con más de mil policías y soldados que protagonizaron choques con manifestantes de varios colectivos, principalmente del sindicato de trabajadores del petróleo. Los manifestantes exigían la suspensión de la subasta bajo el argumento de que el Estado brasileño está entregando el presal a empresas extranjeras.

Pero el propio resultado de la subasta desmiente este extremo, ya que el consorcio ganador, que en realidad fue el único que pujó por Libra, se ha comprometido a entregarle al Estado brasileño el 41,65% del petróleo que consiga bombear. En realidad, este porcentaje era el mínimo establecido en las propias reglas de la licitación, lo que corrobora la falta de competencia durante la puja.

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Petrobras entrará en el negocio con una participación del 40%, mientras que Shell y Total participarán con un 20% del capital cada una. Las chinas CNPC y CNOOC obtienen un 10% de la tarta respectivamente. El consorcio tendrá que pagar un canon fijo de 15.000 millones de reales (algo menos de 6.900 millones de dólares) a Brasil por los derechos de extracción. Esta cantidad también era la mínima establecida en las reglas de la subasta.

Para que Libra entre en funcionamiento las petroleras también deberán invertir cerca de 100.000 millones de reales (algo más de 46.000 millones de dólares) para instalar entre 12 y 18 plataformas de gran tamaño y emplear hasta 90 barcos de apoyo.

Se prevé que los pozos no comiencen a bombear crudo hasta 2019

El contrato cerrado durará 35 años no prorrogables, aunque lo previsto es que los pozos no comiencen a bombear crudo hasta 2019. Los expertos estiman que diez años después se alcanzaría la capacidad máxima de extracción, cifrada en 1,4 millones de barriles diarios.

Los cálculos se han realizado en base a las informaciones aún inciertas de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) de que Libra, con sus 1.500 kilómetros cuadrados de superficie localizados en la cuenca marítima de Santos, contiene entre 8.000 y 12.000 millones de barriles de crudo. Según el organismo, sólo este yacimiento podría duplicar las reservas probadas en Brasil.

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