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Argentina debate en la campaña electoral sobre la inflación y la inseguridad

El asunto de la segunda reelección de Fernández ha quedado desplazado, mientras el Gobierno destaca sus logros sociales

Alejandro Rebossio
Manifestantes peronistas, este mes en Buenos Aires.
Manifestantes peronistas, este mes en Buenos Aires.N. P. (AP)

La posibilidad de reforma constitucional para permitir una segunda reelección de la presidenta de Argentina, la peronista Cristina Fernández de Kirchner, en 2015 y otros asuntos como la inseguridad en las calles, la inflación del 24% anual y la corrupción han centrado la campaña para las elecciones legislativas que este país celebrará el próximo domingo.

El gubernamental Frente para la Victoria (FpV) ha buscado retener la adhesión popular recordando los logros sociales de sus diez años en el poder. En unos comicios donde se renueva la mitad de los miembros de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, lo que está en juego no es quién gobierna sino si Fernández mantendrá el dominio parlamentario en los próximos dos años y podrá aprobar las leyes que desee o si la fragmentada oposición las bloqueará.

Uno de los primeros temas de debate de la campaña era sobre la posibilidad de que el kirchnerismo elevara su cantidad de diputados (129) y senadores (41) hasta controlar los dos tercios de ambas cámaras (172 y 48, respectivamente) necesarios para reformar la Constitución. Pero la derrota del FpV en 14 de los 24 distritos en las primarias obligatorias del pasado agosto ha llevado a que los propios kirchneristas descartaran el sueño de “Cristina eterna”, como algunos de ellos planteaban.

En la campaña de las primarias, el primer candidato a diputado del Frente Renovador, Sergio Massa, peronista que dejó el kirchnerismo en junio pasado, firmó ante un notario que se opondría en el Congreso a una reforma constitucional. Fue la prueba con la que se sellaba su alejamiento del kirchnerismo, aunque en un principio él no se quería mostrar como un opositor a la jefa de Estado que en 2011 había sido reelecta con el 54% de los votos sino como un renovador. Tras su victoria en las primarias de la provincia de Buenos Aires contra el allí gobernante FpV, Massa se fue afianzando en un perfil opositor y presidenciable.

Lo que está en juego es quién tendrá el dominio parlamentario durante los próximos años

Una vez descartada la re-reelección, Massa, al igual que muchos otros candidatos opositores, centró su discurso de cara a los comicios del 27 de octubre en dos de las principales preocupaciones de la población, según las encuestas: la inflación y la inseguridad.

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Argentina es el segundo país latinoamericano con menos asesinatos por cada 100.000 habitantes, pero el primero en asaltos. Massa buscó mostrar sus logros en materia de seguridad en el municipio que gobierna, Tigre (periferia norte de Buenos Aires), según la analista Analía del Franco. En otras provincias como Santa Fe, socialista, y Córdoba, gobernada por el peronismo opositor, el narcotráfico con su violencia y sus lazos con la Policía fueron también asunto de debate. En cuanto a la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, Massa impulsó en la campaña de las primarias una rebaja del impuesto a la renta.

Después de la derrota electoral del kirchnerismo en la mayoría de Argentina en agosto, el Gobierno de Fernández reaccionó ante varios temas que se le critican. Rebajó el tributo a la renta, pero también el impuesto a los pequeños trabajadores autónomos y elevó la asignación por hijo para los empleados del sector formal de la economía.

El primer candidato a diputado del kirchnerismo bonaerense, Martín Insaurralde, reconoció que la inflación que mide el Gobierno de Fernández es menor a la real. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, el kirchnerista Daniel Scioli, admitió que la política contra la inflación, basada sobre todo en controles de precios, “no ha dado resultado”. El analista Roberto Bacman menciona que al argentino le preocupa que la pasta, que en general ha sido uno de los alimentos más baratos en este país, haya terminado costando más que un bife.

La inflación (24% anual) es uno de los puntos débiles del kirchnerismo

En cuanto a la inseguridad, Insaurralde creó polémica dentro de su grupo político al proponer que se rebajara la edad de imputabilidad penal de los 16 a los 14 años, al tiempo que Scioli cambió a su ministro del área. Además, unos y otros peronistas alientan la creación de policías municipales para añadirlas a la Federal y a las provinciales.

El kirchnerismo ha hecho campaña con la reivindicación de la intervención del Estado en la economía, el crecimiento de la actividad (3,7% en lo que va del año, según la consultora Ferreres), el desempleo del 7%, la mayor inversión en educación, la asignación universal por hijo, que es la que reciben los padres desempleados o con trabajo informal para 3,5 millones de niños; la ampliación de la cobertura del sistema de pensiones, del 66% de la población mayor de 65 años en 2003 al 94% actual; o el plan de créditos hipotecarios que han beneficiado desde 2012 a unas 178.000 familias, enumeran Bacman y Del Franco. En cambio, Bacman considera que otros asuntos económicos juegan en contra del Gobierno, como la prohibición de refugiar el ahorro en el dólar, como ha sucedido en Argentina desde los 70, y la subida de la moneda norteamericana otra vez esta semana a más de 10 pesos en el reducido pero influyente mercado ilegal de divisas.

En la ciudad de Buenos Aires, una variopinta alianza de centroizquierda, Unen, enarboló el tercero de los asuntos que más inquietan a los argentinos, después de la inseguridad y la inflación: la corrupción. A partir de las denuncias del periodista Jorge Lanata contra el kirchnerismo, desde 2012 el tema se ha instalado.

Y lo que llaman la “lucha contra las mafias” ha llevado a que se juntaran en Unen un político de izquierdas como el cineasta Pino Solanas, una dirigente que se había movido de la socialdemocracia a posturas más conservadoras como Elisa Carrió y un extrotkista amigo del papa Francisco y líder de una organización contra el trabajo esclavo como Gustavo Vera.

Un tema específico de la provincia de Buenos Aires ha sido el tren de cercanías, después de los dos accidentes que costaron decenas de vidas en los últimos dos años y el tercer choque que se repitió el pasado sábado con un centenar de heridos, pero sin muertos, según apunta Bacman. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció este miércoles la reestatalización de la línea ferroviaria en la que se produjeron los tres siniestros.

“Un gran desafío de la oposición es construir un proyecto alternativo de gobierno en 2015”, advierte Bacman. Puede que muchos argentinos voten a opositores en unas legislativas, pero en unas presidenciales exigirán a los políticos algo más que críticas a Fernández en un país que ha alternados gobiernos con fuertes presidencialismos y otros débiles e inestables. “El Gobierno es atacado porque dicen que no escucha, que es autoritario”, observa Del Franco. “Después de las primarias, tomó medidas para mostrar que escuchaba y Cristina Kirchner se apartó de la campaña para que sus candidatos se mostraran solos”, añade la analista. A principios de octubre, la ausencia de la jefa de Estado en la campaña se profundizó porque debió ser operada de un coágulo en la cabeza y en la actualidad se recupera favorablemente, pero mantiene un estricto reposo, no lee los periódicos ni mira la televisión ni sus ministros le informan las malas noticias, como el accidente ferroviario del sábado, según ellos mismos han reconocido.

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