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La violencia en la zona serbia lastra el proceso de pacificación de Kosovo

El fracaso de las elecciones locales en Mitrovica cuestiona los recientes avances

El camino de Kosovo hacia la estabilidad va a ser más complicado de lo que muchos esperaban después del prometedor acuerdo sellado entre los Gobiernos de Pristina y Belgrado el pasado mes de abril, que encauza el deshielo en la relación entre ambas partes. La violencia ha dinamitado este domingo las elecciones locales en el norte de la antigua provincia yugoslava, donde la local mayoría serbia no reconoce las instituciones kosovares. El voto era un paso clave para la normalización de la situación de este territorio y de la relación entre los dos países.

Al anochecer del domingo, hombres encapuchados irrumpieron en varios colegios electorales de Mitrovica, principal centro urbano de la zona de mayoría serbia, obligaron a parar la votación, acosaron a los observadores internacionales, dispararon gases lacrimógenos y destruyeron las urnas que contenían las papeletas. De momento, no se ha aclarado quienes fueron los autores y con qué intención.

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En conversación telefónica desde Mitrovica, Branislav Nesodic, politólogo formado en Cambridge, comenta que “sin duda se trató de grupos de serbios”. “Es posible que se tratara de grupos de nacionalistas radicales”, prosigue, “pero la circunstancia de que el boicot a las urnas estaba funcionando muy bien causa ciertas dudas”, argumenta. Efectivamente, hasta entonces, la participación había sido muy baja: un 7% a cuatro horas del cierre de las urnas, último dato disponible, en Mitrovica. “¿Por qué reventar lo que estaba siendo un éxito para ellos? Así que no se puede descartar que haya sido alguien interesado en que no quedara certificado el fuerte boicot”, dice.

Nesodic señala que la jornada electoral fue marcada por actos intimidatorios para evitar una afluencia masiva, pero que anteriormente también hubo fuertes presiones en el sentido contrario por parte de Belgrado, que aspiraba a unas elecciones con alta participación para consolidar su posición en Europa. Mitrovica depende económicamente de Serbia.

El nudo del norte es el mayor escollo para la normalización de la situación de Kosovo y el avance de Serbia hacia la UE. Pese al deshielo de las relaciones entre Belgrado y Pristina, facilitado por la labor negociadora de la UE, la población que vive en la parte del país al norte del río Ibar no acepta integrarse en las instituciones kosovares. Se calcula que residen ahí entre 50.000 y 60.000 serbios. Al sur del Ibar —en el resto del territorio kosovar— los ciudadanos de los enclaves serbios sí acudieron a votar con normalidad, con una tasa de participación de alrededor del 60%.

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El fracaso del voto “representa un golpe para el acuerdo de abril y un fracaso de la comunidad internacional, que era responsable de los comicios en esa zona”, comenta, en conversación telefónica desde Pristina, Ilir Deda, director del Instituto Kosovar para la Investigación Política y el Desarrollo, un centro independiente. “Sin embargo, creo que el proceso no descarrilará, porque Occidente está decidido a mantenerlo vivo”, dice Deda, quien señala que en el resto del país las elecciones fueron las más transparentes desde la declaración de independencia, en 2008.

Deda cree que detrás de la violencia reside la voluntad de sacar más en las negociaciones sobre el estatus del norte de Kosovo.

Kosovo declaró su independencia de Serbia en 2008, y ha obtenido desde entonces el reconocimiento de un centenar de países. Belgrado se ha opuesto radicalmente a la independencia, pero en aras a abrirse camino hacia la UE ha terminado por aceptar una normalización de las relaciones con Pristina que no incluye el reconocimiento de Kosovo como Estado. Pero el entendimiento entre Gobiernos debe lograr convencer a los ciudadanos de Mitrovica y alrededores, que temen que su integración en el sistema kosovar representaría el inicio de una lenta asfixia a base de escasez de fondos y trato discriminatorio. Ahora, la región goza de amplias ayudas de Belgrado y es regida por instituciones paralelas independientes de Pristina.

Sin duda, Belgrado, cuyo interés prioritario es acercarse a la UE, seguirá presionando a los serbios de la zona para que acepten los términos del acuerdo con Pristina, pero el fracaso de los comicios locales deja presagiar que la barricada que todavía separa en dos la ciudad de Mitrovica —norte serbio, sur albanokosovar— será muy difícil de desmontar.

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