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Una serie de explosiones golpea una sede provincial del Partido Comunista Chino

Los atentados elevan la tensión después del ataque en Tiananmen y días antes de una importante reunión del partido en Pekín

Foto: reuters_live | Vídeo: REUTERS-LIVE! / AFP

Una persona ha muerto y ocho han resultado heridas –una de ellas grave- en una serie de pequeñas explosiones ocurridas este miércoles fuera de la sede del Partido Comunista Chino (PCCh) en la ciudad norteña de Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi.

Policía y Gobierno local aseguran que las deflagraciones se han producido a las 7.40 de la mañana (siete horas menos en la España peninsular), pero no han dado detalles del o los autores ni las razones.

Ocho “sonidos explosivos” han sido oídos, ha afirmado la agencia oficial Xinhua, que ha añadido que la policía “ha descubierto rodamientos de bolas e instrumentos explosivos fabricados con circuitos electrónicos” en el lugar del suceso. Esto indica que las bombas eran “de fabricación casera”, ha añadido.

Las explosiones llevan el sello de un acto de represalia por parte de algún ciudadano enojado con las autoridades, del tipo de los que regularmente ocurren por todo el país. Pero han tenido lugar en un momento particularmente sensible –días antes de una importante reunión del PCCh en Pekín-, y podrían ser algo más.

El lunes de la semana pasada, cinco personas murieron en Pekín, en lo que el Gobierno definió como “un ataque terrorista”, después de que tres personas estrellaran e incendiaran un coche en la plaza Tiananmen. Hubo cinco muertos en el incidente: los tres ocupantes del vehículo, una turista filipina y un turista chino. El Gobierno ha culpado del “ataque terrorista” a extremistas islamistas de la región autónoma de Xinjiang, hogar de la minoría musulmana uigur. En el vehículo viajaban un hombre, su mujer y su madre.

La noticia sobre las explosiones en Taiyuan ha corrido como la pólvora en las redes sociales chinas, donde los internautas han colocado fotos en las que se ve humo en una avenida frente a la sede del partido, la calle cortada, y camiones de bomberos, ambulancias y coches de policía. Otras muestran puertas de vehículos con múltiples impactos, neumáticos perforados y ventanas de coches rotas. Xinhua cita a un testigo qua asegura que ha visto humo y llamas salir de una furgoneta, y que uno de sus periodistas ha visto rodamientos en el suelo. Fragmentos de metal son utilizados en las bombas para causar más daño. La cadena de televisión estatal CCTV afirma que algunos de los explosivos detonaron en jardineras. En el lugar donde se ha producido el incidente, tuvo lugar la semana pasada una protesta de unas 200 personas que habían sido despedidas de sus trabajos, según France Presse.

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Ciudadanos contrariados con las autoridades por lo que consideran injusticias han llevado a cabo en el pasado en China atentados con explosiones, han matado a funcionarios a navajazos y han atacado a niños en escuelas. En 2011, un campesino detonó bombas en tres edificios gubernamentales en la ciudad de Fuzhou, en la provincia de Jiangxi, por una disputa sobre expropiación de tierras. Dos personas y el campesino murieron. Otro campesino, de 42 años, con un cáncer terminal hizo explotar un dispositivo casero en un autobús en la provincia de Fujian en 2005, supuestamente para protestar por los costes prohibitivos de los tratamientos médicos. El autor resultó muerto y 31 personas, heridas. 

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