El supertifón atraviesa Vietnam y China convertido en temporal
Haiyan toca los dos países con su fuerza disminuida y vientos de más de 100 kilómetros por hora. Hay al menos 21 muertos
El tifón que el viernes devastó Filipinas y que se cree que ha dejado al menos 10.000 muertos solo en la capital de Leyte, según la ONU, entró en Vietnam por el norte esta madrugada tras su paso por el mar de China Oriental, y lo hizo con una fuerza disminuida y vientos de más de 100 kilómetros por hora (en Filipinas sobrepasaron los 300 kilómetros por hora).
Al menos 13 personas perdieron la vida y otras 81 resultaron heridas en seis provincias en el centro y el norte del país, según el Comité Nacional de Búsqueda y Rescate. Casi 900.000 personas fueron evacuadas desde las zonas centrales del país hasta áreas seguras, según la agencia Reuters.
La zona más afectada ha sido la provincia de Quang Ninh, en el norte del país y fronteriza con China, donde se registraron rachas de viento de 120 kilómetros por hora que derribaron árboles y arrancaron tejados y postes eléctricos, según medios locales.
Muchas embarcaciones tuvieron que volver a puerto y cientos de vuelos nacionales e internacionales fueron cancelados. Además, numerosas escuelas cerraron en la región norte del país.
En China el paso del tifón había dejado este lunes al menos ocho muertos, según la agencia oficial de noticias Xinhua. Dos de ellos son tripulantes del buque mercante que quedó a la deriva cerca de la isla de Hainan, en el mar de la China Meridional, después de que se rompieran las amarras en el muelle. Otras cinco personas de la tripulación siguen desaparecidas. La isla sufrió apagones y más de 200 aviones tuvieron que quedarse en tierra o sus vuelos fueron retrasados.
Los meteorólogos chinos activaron la alerta roja, la máxima prevista, y preveían ayer lluvias torrenciales durante 24 horas en el sur.
En la provincia de Guangxi, con más de 40 millones de habitantes, las autoridades desaconsejaban ayer a los pescadores que se hiciesen a la mar. Según Xinhua, otras ocho personas murieron en Taiwan.
Los vientos y las lluvias torrenciales impidieron que los barcos de salvamento y los helicópteros de rescate pudieran hacer su trabajo.
