_
_
_
_
_

El alcalde de Toronto se niega a dimitir tras admitir que consumió ‘crack’

La policía tiene un vídeo que muestra a Rob Ford consumiendo cocaína, una más de sus conductas erráticas desde que llegó al poder

Eva Saiz
El alcalde de Toronto, Rob Ford.
El alcalde de Toronto, Rob Ford.Chris Young (AP)

La localidad canadiense deToronto se ha convertido en el escenario de un bochornoso drama de adicciones y abusos que tiene a su alcalde, Rob Ford, como triste protagonista y que ha levantado las dudas sobre su capacidad para dirigir la cuarta capital más poblada de norteamérica. Desde que llegó al poder en 2010, Ford ha sido expulsado de un partido del equipo local de hockey por estar borracho y comportarse de manera agresiva, ha sido acusado de haberle metido mano a una concejal durante un evento público y ha reconocido haberse paseado completamente ebrio con una botella de brandy frente a la Alcaldía tras proferir epítetos racistas al taxista que le había conducido hasta allí. El martes pasado, tras meses negándolo, el regidor confesó que había fumado crack pero que no era un adicto y que iba a seguir en el cargo. Este lunes, reiteró que no pensaba dimitir.

“Sí, he fumado crack. Aproximadamente hace un año y probablemente en uno de esos momentos en los que estaba muy muy borracho”, aseguró Ford a los medios que lo esperaban a las puertas del Ayuntamiento. Los rumores de que el alcalde había consumido crack comenzaron en mayo de este año cuando el blog amarillista Gawker y el periódico The Toronto Star informaron de que habían tenido acceso a un vídeo en el que se veía al regidor fumar de una pipa de esa sustancia en compañía de varios miembros de una red de narcotráfico. Ford negó insistentemente esas afirmaciones, acusando a la prensa de querer hundir su mandato y su reputación.

Días antes, la policía de Toronto había anunciado que había recuperado una cinta con imágenes que sustentaban las informaciones de Gawker y The Toronto Star y en las que aparecía el alcalde. El vídeo fue recuperado del disco duro de un ordenador durante el transcurso de la investigación policial a Alexander Lisi, amigo y chófer ocasional de Ford, que está acusado de narcotráfico. Los agentes detuvieron a Lisi cuando amenazaba al propietario del ordenador exigiéndole que le diera el vídeo. Las autoridades han difundido varios informes de la operación contra el amigo de Ford, que incluyen datos sobre el propio alcalde pero que no son suficientes para sustentar una acusación formal contra él.

La última admisión de Ford, que hasta ahora sólo había reconocido tener problemas con el alcohol -denunció el robo de su coche al ser incapaz de recordar dónde lo había aparcado por lo borracho que iba; ha sido detenido por conducir y enviar mensajes ebrio y ha declarado “haber sido un estúpido” por haber acudido a un festival en 2012 completamente bebido-, ha impulsado al resto de los miembros de la Alcaldía a presentar una moción para que cese como alcalde o abandone el puesto mientras resuelve sus adicciones. La votación se realizará el miércoles y contempla solicitar a la provincia de Ontario que apruebe una legislación que permita cesar al alcalde. De acuerdo con la legislación vigente, sólo es viable promover el cese del responsable del gobierno local si éste es condenado por un delito.

Sí, he fumado crack. Aproximadamente hace un año y probablemente en uno de esos momentos en los que estaba muy muy borracho” Rob Ford
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

“Adelante, que voten”, señaló el lunes Ford, convencido de que la disposición tiene pocos visos de prosperar habida cuenta de que el gobierno provincial ya ha manifestado que no tiene intención de inmiscuirse en los problemas municipales de Toronto. El intento de los miembros del consistorio de promover la salida del alcalde, se suma a las demandas de empresarios y medios de comunicación que en los últimos meses han demandado su cese preocupados por el efecto que los abusos del regidor puedan tener sobre la reputación de Toronto y la industria del turismo que en 2011 generó unos ingresos de 4.500 millones de dólares.

El comportamiento errático del alcalde ha sido puesto en evidencia una vez más con un vídeo que se difundió el jueves pasado y que muestra a Ford gritando de manera incoherente, gesticulando agresivamente  y profiriendo frases violentas del tipo: “Necesito 10 putos minutos para asegurarme de que él está muerto” o "Cuando esté en el suelo le arrancaré su jodida garganta”.

La conducta del alcalde puede haber minado su autoridad moral dentro del gobierno municipal, pero no parece abochornar a los ciudadanos. La semana pasada, tras admitir que había fumado crack, su popularidad aumentó en cinco puntos, situándola en el 44%. Ford ganó las elecciones por el mayor margen (11% de diferencia) jamás alcanzado por un primer aspirante a la alcaldía de Toronto. El regidor basó su victoria en un mensaje populista que logró movilizar a los votantes de los barrios marginales de las afueras y a las minorías de inmigrantes -pese a sus declaraciones racistas- prometiendo una reducción de los impuestos y un recorte de los gastos superfluos. Los problemas personales de Ford, no obstante, pueden afectar a las negociaciones sobre los presupuestos del año que viene y a su intención de ejecutar su plan de tráfico global de la ciudad.

De acuerdo con la legislación vigente, sólo es viable promover el cese del responsable del gobierno local si éste es condenado por un delito

Ford espera que sean los ciudadanos quienes le juzguen  en las elecciones municipales de octubre de 2014 para las que anunció su candidatura instantes después de reconocer que había consumido crack. La semana pasada rebajó el tono beligerante típico de sus últimas declaraciones y pidió perdón por su comportamiento al borde de las lágrimas, pero el lunes, recuperó la inflexión desafiante para asegurar que él no se iba a mover de su puesto. Durante el fin de semana se especuló con que podría entrar en un programa de desintoxicación ya que su abogado insinuó esa posibilidad y el domingo Ford canceló una aparición en la radio junto a su hermano Doug, también miembro de la alcaldía de Toronto. Su intervención del lunes, parece indicar que la rehabilitación es una opción que no contempla a corto plazo.

La reputación de Ford puede no haber afectado a su popularidad, pero sí se ha contagiado a la localidad que dirige. Toronto está dejando de ser célebre por su carácter cosmopolita y ecológico para convertirse en la ciudad del alcalde que fuma crack.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_