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La Casa Blanca pide la aprobación de la reforma migratoria "cuanto antes"

El presidente Obama pide a la Cámara de Representantes que pacte la legislación "cuanto antes"

El presidente Obama durante su discurso en San Francisco.
El presidente Obama durante su discurso en San Francisco. JEWEL SAMAD (AFP)

El presidente Obama defendió este lunes una vez más la necesidad de aprobar “cuanto antes” una reforma del sistema de inmigración de Estados Unidos durante un discurso en San Francisco. La legislación, pendiente de aprobación en la Cámara de Representantes tras obtener el respaldo del Senado, es una de las prioridades de Obama para este segundo mandato en la Casa Blanca.

Hace ya tiempo que caducó el plazo para arreglar el sistema de inmigración. Es el momento de acabar el trabajo que empezamos”, dijo el presidente. Obama ha defendido en los últimos meses que la aprobación de la reforma solo depende de la voluntad de los republicanos, que cuentan con una mayoría de representantes en la Cámara. “Si no la aprobamos ahora, estaremos quebrantando nuestro futuro”.

Obama defendió durante su discurso en el Centro Betty Ong de San Francisco que la reforma migratoria tendría un impacto especialmente positivo en la economía de EE UU, reduciendo el déficit en 850.000 millones de dólares y aportando 1.400 billones de dólares en un plazo de dos décadas. El presidente intervino después de que pronunciara unas palabras Geetha Vallabhaneni, una inmigrante india que llegó a EE UU hace 15 años y que creó su propia empresa en Silicon Valley diez meses después de conseguir su permiso de residencia, según informó la Casa Blanca.

“Demasiadas veces el debate sobre inmigración se centra en nuestra frontera sur”, dijo Obama, que prefirió recalcar los beneficios que aportan los inmigrantes que se incorporan a la economía estadounidense. El presidente aseguró que San Francisco, donde un 35% de las empresas han sido creadas por extranjeros, es un buen ejemplo de ese impacto.

No hay razón por la que no podamos aprobarla ahora”

La reforma migratoria se ha visto obstaculizada por la falta de voluntad de los republicanos y por otros asuntos como la implementación del nuevo sistema de salud, la crisis en Siria o el debate sobre el déficit y el cierre de la administración en octubre. Obama criticó la insistencia de la oposición en asuntos como la reforma sanitaria, asegurando que los intereses políticos no siempre contribuyen a la seguridad nacional, como sí lo haría un nuevo sistema de inmigración.

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Obama recordó el apoyo de la sociedad estadounidense a la reforma y el respaldo que obtuvo de parte de los dos partidos en el Senado. “No hay razón por la que no podamos aprobarla ahora”, aseguró. El mandatario mencionó iniciativas como la de un grupo de activistas en ayuno desde hace dos semanas y les aseguró que “todo el país les escucha”. “Yo les he escuchado”, afirmó, reiterando que considera que el sistema actual es “injusto” porque 11 millones de personas no cuentan con una vía para cumplir con la ley.

El discurso de Obama se vio interrumpido por la petición de uno de los jóvenes del público, que pidió al presidente que interrumpiera las deportaciones de indocumentados y que utilizara sus poderes presidenciales para ello. El mandatario, que escuchó su intervención y pidió a las fuerzas de seguridad que no le expulsaran, contestó que aprobar una ley "no es tan fácil como gritar" en público, sino que requiere la iniciativa de activistas y grupos de presión. "Por eso estamos aquí", contestó Obama. "Estoy listo para trabajar con vosotros".

A pesar del éxito de las negociaciones en el Senado, que culminaron el pasado mes de junio con el respaldo de los dos partidos a una reforma que incluye la regularización de 11 millones de indocumentados, los líderes republicanos de la Cámara han reiterado que no considerarán ese mismo texto y que prefieren crear uno nuevo.

El proceso de debate de la reforma en la Cámara de Representantes ha provocado una gran división entre los republicanos, que prefieren dividirlo en varias leyes, y los demócratas, que apuestan por someter a votación directamente el texto del Senado. La opción de los republicanos permitiría a los legisladores respaldar opciones menos comprometedoras con su electorado -de cara a las legislativas de 2014- como el aumento de la seguridad en la frontera o los controles a empresarios, mientras rechazan la regularización de ‘sin papeles’.

Obama defendió en un principio que este planteamiento no era el adecuado, ya que arriesgaba una reforma que no incluya un elemento que él considera imprescindible: la vía para que los indocumentados logren la ciudadanía estadounidense. Sin embargo, en las últimas semanas el presidente se ha mostrado más flexible en un gesto recibido positivamente por los republicanos.

“Si quieren partirlo en cinco piezas, mientras logren aprobar las cinco partes, no me importa cómo sea”, declaró Obama durante una entrevista en un foro organizado por The Wall Street Journal. “Lo que no queremos hacer es simplemente ocuparnos de una parte y dejar otras atrás que también tienen que ser resueltas”.

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, respondió entonces a las palabras de Obama asegurando que se alegraba de que por fin hubiera accedido a ese planteamiento. “Me anima saber que el presidente dijera que no va a bloquear una reforma por partes. Como ya saben ese es el método que han adoptado los republicanos de la Cámara”, dijo su líder, Boehner.

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