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México se estanca en el grupo de los países más corruptos

El país se encuentra en la posición 106 de 177 del Índice de Percepción de la Corrupción 2013

Luis Pablo Beauregard

México se ha estancado en su percepción de un estado corrupto, según el informe dado a conocer esta mañana por Transparencia Internacional. El país se encuentra en la posición 106 de 177 a nivel mundial con 34 puntos, la misma que obtuvo en 2012. La puntuación se obtiene al medir la percepción que tienen los sectores públicos. México comparte el puesto con Argentina, Gabón y Níger. Entre los países que integran la OCDE, se ubica al fondo de la tabla por debajo de Grecia e Italia .

La escala del índice parte de cero, donde la percepción de la corrupción es más alta y llega hasta 100, donde es menor. Quienes obtuvieron mejor calificación fueron Dinamarca y Nueva Zelanda con 91 puntos. Los países más corruptos son Afganistán, Corea del Norte y Somalia, que obtuvieron una calificación de ocho puntos.

Canadá es el país mejor ubicado en América con la posición nueve a nivel mundial. Uruguay ocupa la posición 19 y Chile la 22 de 177. Ellos son los mejores ubicados en América Latina; se encuentran 87 lugares arriba de México. “Esa idea de que la corrupción está en nuestro código genético se desvanece cuando tienes países que compartieron con nosotros estructuras coloniales y religiosas y están mejor ubicados en esta lista. La explicación está en las instituciones, cuentan con una justicia robusta y perciben un estado de Derecho”, señala Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana.

Todos los BRICS (Brasil, Rusia, India y China), países con economías en desarrollo, tienen mejores puntuaciones a exepción de Rusia, que obtuvo 28 puntos (posición 127 de 177).

Eduardo Bohorquéz asegura que México cuenta “con una serie de acciones no articuladas” que hacen muy difícil una lucha eficaz contra la corrupción. Una de las herramientas para emprender este combate es la transparencia. Hace una semana el Congreso aprobó una reforma constitucional que da autonomía al Instituto Federal de Acceso a la Información. “Si ese nuevo IFAI no se conecta con una buena Fiscalía, la Auditoría Superior de la Federación, los congresos locales, organismos de control y un tribunal especializado con mejores jueces, lo que tenemos es un destello, no un Sistema Nacional de Integridad”, explica. Y agrega: “Debemos romper con la idea de que con una Fiscalía Anticorrupción se va a resolver el problema. Es necesaria una articulación y liderazgo de alto nivel”.

Otra de las dolencias que han permitido a la corrupción ganar terreno en México es la impunidad. Por ello, Transparencia Mexicana señala que debe ajustarse el sistema de justicia mediante una reforma para cerrar el espacio a este vicio. “Hay estados donde el delito prescribe antes de que se termine de auditar la cuenta pública. El problema es gravísimo. En algunas entidades el margen es de menos de dos años. En los mejores casos cinco. Nosotros pedimos que los delitos asociados a corrupción tengan una vigencia cuando menos de 10 años”, dice Bohorquéz.

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En México existen más de 32 formas de luchar contra la corrupción. Cada Estado cuenta con un sistema que busca hacerle frente. A esto se suman los esfuerzos del Gobierno Federal. “Tenemos un sistema heterogéneo cuando necesitamos una política anticorrupción nacional”, dice el director de Transparencia Mexicana. “Lo que hemos avanzado en el Ejecutivo no se encuentra en los 32 congresos locales. Y el poder judicial sigue careciendo de niveles de apertura y transparencia”.

En 2012 el Consejo Coordinador Empresarial estimó que la corrupción cuesta a los mexicanos 1.500 millones de pesos, un 10 por ciento del Producto Interno Bruto. La empresa mexicanas destinan una cifra similar de sus ingresos para poder operar. Hoy la radiografía de ese cáncer es muy similar.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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