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Maduro se juega en las municipales el liderazgo del chavismo

Las encuestas otorgan la victoria al oficialismo en las elecciones del domingo

Una mujer protesta contra la política económica del Gobierno, en febrero, en Caracas.
Una mujer protesta contra la política económica del Gobierno, en febrero, en Caracas.Ariana Cubillos (AP)

Aunque es previsible que el chavismo obtenga la mayoría de los cargos en disputa en las elecciones municipales del próximo domingo, quizás sus retos sean otros. El primero de ellos es cómo lograr que sus candidatos no pierdan el amplio porcentaje de alcaldías que hoy controlan —84% de los 337 despachos— y aumentarlo en la medida de lo posible. El segundo sería evitar que siga creciendo el voto nacional de la oposición, que se ha incrementado invariablemente desde 2006. El pasado mes de abril el Gobierno sufrió un duro varapalo con la ajustada victoria, de 1,49%, obtenida por el presidente Nicolás Maduro sobre su rival Henrique Capriles. Si no se consiguen esos objetivos, la credibilidad de Maduro como conductor del proceso bolivariano podría quedar en entredicho. Ya lleva plomo en el ala: en el interior del chavismo se cuestiona el modo en que se esfumó la ventaja que Hugo Chávez había obtenido en los comicios de octubre de 2012.

 Hasta noviembre algunas encuestas mostraban un ligero descenso de la intención de voto por los candidatos del chavismo debido al desabastecimiento y a la delincuencia. Pero el pasado 8 de noviembre, Maduro decidió iniciar una “ofensiva económica” para regular todos los precios de los bienes y servicios, ordenando la confiscación y liquidación de electrodomésticos. Varios analistas dijeron entonces que la medida era un ardid electoral para revertir esa tendencia a la baja. Hasta ahora parece que lo ha logrado. Un encuestador que pidió el anonimato reconoció que esa decisión sí que había tenido un impacto positivo en la intención de voto y en la popularidad del presidente.

Este es el primer proceso conducido por Maduro y las diferencias con Chávez son evidentes. El chavismo es ahora un liderazgo colegiado y los gobernadores de los Estados han respaldado públicamente a sus candidatos. En el pasado ese gesto era responsabilidad del fallecido líder. Los aspirantes mandaban a hacer montajes fotográficos para aparecer en afiches al lado del líder bolivariano y legitimarse ante los electores.

Hasta noviembre algunas encuestas mostraban un ligero descenso de la intención de voto por los candidatos del chavismo debido al desabastecimiento y a la delincuencia

Los tiempos del portaviones de Chávez se han ido, pero Maduro ha encontrado una manera efectiva de recordarle al electorado que la vida continúa. A la batida contra los precios altos se ha sumado el uso proselitista de las Misiones, los programas sociales del Gobierno. A finales de noviembre la ONG Provea presentó un informe sobre la Gran Misión Vivienda Venezuela, plan para entregar viviendas a los damnificados por las inundaciones y derrumbes de fines de 2010. La organización denunció la entrega de casas a personas comprometidas con la causa bolivariana “violando el principio constitucional de la no discriminación”. Es costumbre, además, que los gobernadores se hagan acompañar de los aspirantes a la hora de concretar ayudas a las comunidades pobres.

La prensa oficial se prodiga en difundir esas noticias. La página de la alcaldía de Cabimas, en el estado Zulia, al Occidente del país, reseñó la asignación de 156 viviendas por parte del gobernador Francisco Arias Cárdenas y el actual alcalde y candidato a la reelección, Félix Bracho. El 26 de noviembre el mandatario regional se hizo acompañar del aspirante chavista a la alcaldía de Maracaibo, Miguel Ángel Pérez Pirela para entregar “18 viviendas dignas”, una expresión patentada por el Gobierno para presentarse como el gestor de la calidad de vida de los beneficiarios en dos parroquias. Otros han participado en la entrega de alimentos de la red estatal Mercal y en la inauguración de abastos, reseñó el diario El Universal el jueves.

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Que todas esas ayudas se concreten en votos también dependerá de la capacidad del Gobierno para movilizar a los electores. Hace unos días Maduro ordenaba a la militancia que saliera a votar en dos grandes avanzadas: antes de comenzar el acto de votación, a las 5:00 de la madrugada, y luego al mediodía. Pero si no llegaran a salir o tuvieran dudas de hacerlo la sofisticada maquinaria chavista se encargaría de buscarlos en sus casas. Tienen como hacerlo. En el pasado la prensa local ha denunciado que hasta los militares han participado en esas operaciones destinadas a garantizar que no se pierda la revolución bolivariana. Esa ha sido una de las quejas reiteradas de la oposición para cuestionar los resultados. Después del domingo se sabrá si se repite el uso impúdico de los recursos del Estado

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