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Florida, el Estado favorito de Brasil

Brasil representa el 12% de la totalidad del flujo comercial de Florida, lo que convierte al país en el socio número uno del Estado

Una de las calles más populares de Miami.
Una de las calles más populares de Miami.Flávia Calista

Cuando la cadena brasilera de restaurantes Vivienda do Camarão inauguró su primera sede en la ciudad floridana de Coral Springs –Shrimp House- este 4 de diciembre, el gobernador Rick Scott envió una carta que fue leída en el evento. Además de felicitar al nuevo negocio, Scott alabó en aquella correspondencia el potencial de creación de empleos del nuevo emprendimiento y aseguró que, a día de hoy, el intercambio con Brasil representa el 12% de la totalidad del flujo comercial de Florida, lo que convierte al país en el socio número uno del Estado.

“Los brasileros contribuyen de múltiples formas al panorama económico de Florida. Muchos ciudadanos brasileros son dueños de pequeñas empresas y los ejecutivos brasileños se encuentran en los niveles más altos de las grandes multinacionales con sede en Florida”, dijo a EL PAÍS el cónsul general de Brasil en Miami, Hélio Ramos. No existen estadísticas precisas del número de brasileños residentes en el Estado; se calcula que son entre 250.000 y 300.000 y que la mayoría de ellos vive en las ciudades de Pompano Beach, Aventura y Sunny Isles, y en Brickell, el barrio financiero de Miami. Lo que se sabe con certeza es que el comercio bilateral alentado por esta comunidad superó los 19.000 millones de dólares en 2012 y sigue sumando. “De acuerdo con los datos más recientes, el comercio bilateral ha registrado un incremento del 4% en 2013 y va camino a sumar los 20.000 millones de dólares a finales de año”, ha agregado el cónsul.

Las oficinas principales de 15 multinacionales brasileras están afincadas en Florida –las de Embraer, Odebrecht, el Banco de Brasil, entre ellas—y sus ganancias superan el rango de los mil millones de dólares. Tras las grandes empresas han llegado también las churrasquerías, las cadenas de comida rápida, las tiendas de muebles y de ropa. Y entre todos, la Cámara de Comercio Brasilero-Americana suma más de 900 empresas inscritas. Y los principales clientes de los negocios más pequeños suelen ser, además, sus compatriotas de Brasil.

Cada semana aterrizan en el Aeropuerto Internacional de Miami más de 110 vuelos provenientes de São Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Salvador de Bahía, Recife, Manaos y Belo Horizonte. Viajan a bordo cientos de miles de pasajeros dispuestos a comprar, comer, pasear e invertir, en números que cada año van en aumento: en 2006 desembarcaron en Miami 420.558 turistas brasileños; seis años más tarde, en 2012, el total superó los 690.000 y, entre todos, batieron la cifra récord de 1.500 millones de dólares en compras. En la lista de visitantes con mayor disposición al gasto, los brasileños ocupan el primer lugar desde 2010, seguidos por los canadienses y los argentinos.

“Vienen a comprar, sin el reparo de que solo puedan pasar 500 dólares en mercancía por la aduana de Brasil. Preguntan sobre los centros comerciales, sobre las tiendas de descuentos. También hay muchísima gente invirtiendo en propiedades acá. Y una vez que tienen la casa, quieren amueblarla y poner arte en ella. Porque son muchas las personas adineradas que vienen”. Lo dice Jo Muniz: brasileña, residente en Miami desde 1999, columnista del semanario AcheiUSA –uno de los 15 medios de comunicación de la comunidad brasilera en Florida- y autora del blog destinomiami.com.br, que ofrece consejos sobre compras, ofertas, paseos, transporte y hospedaje a los turistas de Brasil que viajan por primera vez a Miami o que quieren probar un itinerario diferente en su segunda visita. Comenzó a escribir el blog como un pasatiempo y en año y medio las consultas se dispararon a 30.000 visitas por mes.

Pero la principal fuente de ingreso de Jo y de su esposo estadounidense, Brian Muniz, es una empresa de servicios de transporte –coches, botes y minibuses con chófer– también para clientes brasileños. “En una semana promedio, recibimos entre tres y cinco clientes. Generalmente vienen en grupos de cinco y hasta de 25 personas. Suelen quedarse juntos en el mismo hotel, quieren ir de crucero, ir de compras o alquilar un barco por un día, y les gusta recibir atención personalizada y en su lengua nativa”, cuenta Jo. Ocurre lo mismo con muchas otras pequeñas empresas como la de la familia Muniz: “A los brasileños (de Florida) les gusta hacer negocios con brasileños”.

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El dinero que proviene de Brasil también ha reflotado el mercado inmobiliario de Florida, que sigue mostrando una tasa de ejecuciones de hipotecas cuatro veces superior a la media nacional de Estados Unidos. De acuerdo con las cifras más recientes de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Florida, los clientes brasileños fueron el segundo grupo de compradores de bienes raíces más importante en 2012 y son responsables del aumento de un 25% de las ventas de inmuebles de lujo en Miami durante los últimos dos años. La mayoría de ellos –el 78%– pagaron sus propiedades con dinero en efectivo.

Las noticias sobre la pérdida de valor del real frente al dólar, los altibajos en la Bolsa de Valores de Brasil y las protestas callejeras son buenas noticias para los corredores de bienes de raíces de Florida. “Esta pérdida de riqueza y los descensos en el mercado de valores (de Brasil) es directamente proporcional al fortalecimiento de los bienes raíces a nivel local”, dijo en junio la fundadora de la agencia One Sotheby International Realty, Mayi de la Vega, a la publicación miamense especializada en negocios inmobiliarios The Real Deal. Y así ha ocurrido con cada crisis económica o política que cíclicamente estalla en algún país de América Latina.

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