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Washington cree que es pronto para que Rousseff visite la Casa Blanca

El hasta hace tres meses embajador de EE UU en Brasil opina que hay que esperar para restablecer la reunión con Obama que la presidenta canceló por el caso Snowden

Dilma Rousseff en una desayuno con periodistas.
Dilma Rousseff en una desayuno con periodistas. F. BIZERRA JR (EFE)

En los últimos días, las relaciones entre Estados Unidos y Brasil han mostrado signos incipientes de mejora después de que se deterioraran profundamente a raíz del escándalo por el espionaje masivo de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), pero aún es pronto para que recuperen su máxima normalidad. Este es el mensaje que ha lanzado este jueves el hasta hace tres meses embajador de EE UU en Brasil, Thomas A. Shannon, y que ahora ejerce de asesor del secretario de Estado de la Administración norteamericana, John Kerry.

La mejor prueba de la reconciliación diplomática entre ambos países sería que se restableciera la visita oficial a Washington que tenía previsto hacer a finales de octubre la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, pero que canceló en septiembre después de que las filtraciones del exanalista de la NSA Edward Snowden desatasen una tormenta diplomática al revelar que EE UU había espiado el correo electrónico de la mandataria y de sus más estrechos colaboradores. En un coloquio organizado por el Instituto de Brasil en el Woodrow Wilson Center, Shannon ha considerado que pese a que la Administración de Barack Obama ha dejado “muy claro” que está dispuesta a concertar una nueva cita, aún habrá que “esperar un poco” para que se produzca a la espera de que las relaciones entre Washington y Brasilia se recuperen primero en niveles gubernamentales inferiores.

El diplomático, que fue embajador en Brasil desde 2010 y hasta el pasado septiembre, ha admitido que el escándalo del espionaje masivo sitúo en “pausa” el diálogo entre ambos países. Por ello, ha insistido en la “urgencia” de recuperar la “dirección y la esencia” de la relación bilateral. Como prueba de la predisposición norteamericana, ha destacado que Obama y Rousseff se han comunicado en los últimos meses, y que la Casa Blanca trató del mismo modo las quejas de Brasil por el espionaje que las que hizo Alemania después que se destapase que el teléfono de la canciller, Angela Merkel, también había sido escrutado por la NSA. “Es bastante remarcable teniendo en cuenta las acusaciones y que las relaciones en términos de inteligencia son muy diferentes. Los brasileños lo apreciaron”, ha afirmado.

En la misma línea, Shannon ha aplaudido los recientes gestos amables por parte de Brasilia y sus “claros signos” de voluntad de entendimiento. Ha dicho que la Administración de Obama agradece que el Gobierno de Rousseff negara el martes cualquier posibilidad de conceder asilo a Snowden después de que el exanalista, refugiado temporalmente en Rusia, escribiera una carta abierta al “pueblo brasileño” en la que dejaba entrever una petición de asilo. Y también ha puesto en valor, como ejemplo de voluntad de consenso, que EE UU se sumase a la resolución impulsada por Brasil y Alemania, que se aprobó el miércoles en Naciones Unidas, sobre la importancia de la privacidad en Internet a raíz del caso Snowden.

Pese a estos elogios y sus intentos de medir muy bien sus palabras, el exembajador ha opinado que la reacción generalizada de las autoridades brasileñas al espionaje de la NSA fue “exagerada” y que se “sacaron de contexto” las prácticas de la Agencia Nacional de Seguridad. En cierto modo, las ha atribuido a la falta de experiencia de Brasil en ese campo, por el escaso tamaño de su servicio de inteligencia, y ha insistido en que el trasfondo del asunto es mucho más profundo, pues se centra en el debate sobre cómo las sociedades modernas recolectan información. Por ello, ha reconocido que la Administración Obama está “obviamente decepcionada” con la decisión del Gobierno brasileño de comprar a Suecia aviones de caza para su Fuerza Aérea y descartar, como represalia implícita a la polémica por el espionaje, la oferta de EE UU.

Aunque buena parte del coloquio ha versado sobre los efectos del caso Snowden en las relaciones bilaterales, Shannon se ha referido también a otros aspectos de la actualidad brasileña. Entre ellos, ha dicho que las protestas sociales de hace unos meses son el reflejo de la “salud de su democracia”, ha elogiado el liderazgo regional de Brasil y, a nivel económico, ha pedido al país que mejore sus infraestructuras y apueste más por la competitividad.

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