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“Sigo trabajando para la NSA. Son los únicos que no se dan cuenta”

En una entrevista al 'Washington Post', el exanalista que reveló el escándalo del ciberespionaje afirma haber cumplido su misión

Edward Snowden, en Moscú, el pasado 31 de octubre.
Edward Snowden, en Moscú, el pasado 31 de octubre. REUTERS

El exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA, en sus siglas en inglés) Edward Snowden, cuyas revelaciones acerca del espionaje llevado a cabo por Estados Unidos y sus aliados han desencadenado un escándalo político y diplomático a escala global, ha afirmado en Moscú que su objetivo de su deserción no era destruir al espionaje de EE UU. "Trabajo para mejorar la NSA", declaró en una entrevista al diario estadounidense Washington Post, que ha publicado algunos de los papeles del exanalista. "Sigo trabajando para ellos. Ellos son los únicos que no se han dado cuenta".

"Lo que quería es que la opinión pública fuera capaz de decir algo sobre la forma en la que se le gobierna", afirma el exanalista. "Ese objetivo ya lo hemos alcanzado hace mucho". Snowden, en una entrevista que se ha extendido durante varios días, asevera que su misión "está cumplida" a un nivel personal. "Yo ya he ganado. En el momento en el que los periodistas han podido ponerse a trabajar, todo lo que he intentado hacer ha pasado a ser válido. Porque, recuerda, no quería cambiar la sociedad. Quería dar a la sociedad una oportunidad para determinar si quería cambiar", señala.

Snowden reconoce que no tenía como saber qué efectos iban a tener sus revelaciones. "Vas a ciegas", afirma. "Pero cuando consideras la alternativa, que es no actuar, te das cuenta de que hasta un poco de análisis es mejor que nada. (...) Desde el punto de vista de un ingeniero, desde un punto de vista de un informático, estaba claro que había que probar a hacer algo en lugar de no hacer nada".

El exanalista ha respondido a las acusaciones hechas por, entre otros, el director de la NSA, Keith Alexander, afirmando que, al revelar la profundidad y la amplitud del espionaje, Snowden había roto su promesa de guardar secreto. "Un voto de fidelidad no es un voto de silencio", considera. "Es un juramento de fidelidad a la Constitución. Ese es el voto que he guardado y que ni Keith Alexander ni James Clapper [director de Inteligencia Nacional] han mantenido".

Ante la pregunta de quién le ha dado a Snowden la potestad de erigirse en guardián de la Constitución, el exanalista responde: "A mi me eligieron los que me supervisaban. Dianne Feinstein [presidenta del Comité de inteligencia del Senado] me la dio cuando hacía preguntas inocuas en las sesiones del comité". Snowden recuerda que "el sistema ha fallado de una forma global, y cada nivel de vigilancia, cada nivel de responsabilidad que debía haber tratado el tema, ha abdicado su responsabilidad. Y remacha: "No es que me den esa responsabilidad como individuo —no es que esté especialmente cualificado, no es que sea un ángel descendido de los cielos— sino que se la den a alguien en alguna parte. Tienes la capacidad [de tratar del tema] y te das cuenta de que todos los que están sentados a la mesa tienen esa capacidad pero no lo hacen. Así que alguien tiene que ser el primero".

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